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Por Claudio Fantini. Después de que el escrutinio provisorio mostrara dos sorpresas en la elección presidencial de Ecuador, Rafael Correa dijo que Andrés Arauz enfrentaría al conservador Guillermo Lasso en la segunda vuelta, el 11 de abril. En ese momento, como hasta ahora, el conteo muestra que -al contrario de lo que afirmaban las encuestas previas- quien ostenta el segundo lugar no es Lasso, sino el candidato del partido indigenista Pachakutik, Yaku Pérez.
¿Por qué ninguna de las encuestas vaticinó el caudal de votos que obtendría Pérez?
Quizás porque las principales encuestadoras responden, unas, a Lasso y las otras, al correísmo. Y está claro que a Rafael Correa y a sus seguidores les conviene que a la segunda vuelta pase el candidato de la derecha tradicional y no el líder de la centroizquierda indigenista.
A Rafael Correa y a sus seguidores les conviene que a la segunda vuelta pase el candidato de la derecha tradicional y no el líder de la centroizquierda indigenista.
Lo corroboró el propio Correa, desde Bélgica, al decir que Lasso irá al ballotage a pesar de que el escrutinio estaba señalando lo contrario.
El candidato del ex presidente tenía el apoyo de Cristina Kirchner y de Alberto Fernández.
Además de la sorpresa de que sería Yaku Pérez, quien podría disputarle la presidencia a su candidato, hubo otra sorpresa negativa para Correa: el socialdemócrata Xavier Herbas superó el 16 por ciento de los votos.
El ex presidente -condenado por la Justicia en Ecuador y refugiado en Bélgica- esperaba brindar por una victoria en primera vuelta de Andrés Arauz, o bien porque con el 38% de los votos quedaría listo para vencer en la segunda vuelta a quien se suponía que iba a ser su desafiante: el conservador Guillermo Lasso.
Con los resultados hasta el momento, el brindis de Correa tendrá que esperar. Su candidato no sólo no ganó en primera vuelta, sino que sacó entre 4 y 6 puntos menos de los que le auguraban las encuestas.
Como exponente del conservadurismo tradicional y de las elites empresarial y financiera, el ex banquero Lasso es el desafiante que le viene como anillo al dedo al correísmo.
Una amplia mayoría en Ecuador se inclina por la izquierda, en sus distintas versiones. El tema es que la grieta que divide al país también divide a la izquierda.
De un lado de esa grieta está el populismo correísta, que es filo-chavista y, por ende, autoritario. Del otro lado, está el indigenismo ecologista que expresa Yaku Pérez y también la Izquierda Democrática (ID).
Este histórico partido socialdemócrata gobernó entre 1988 y 1992, con Rodrigo Borja en la Presidencia. Ahora, postuló al empresario progresista Xavier Herbras.
Tanto Pérez como Herbas podrían dar públicamente su apoyo a Guillermo Lasso si el postulante de la derecha pasara a segunda vuelta, aunque, para muchos, sería indigerible votar por el candidato del conservador Partido Social Cristiano, su eterno rival en los tiempos del bipartidismo.
Más difícil aún sería para sectores de las bases indígenas de Pahakutik votar por el exponente de la minoría blanca de ascendencia europea, que, además, representa a las elites empresaria y financiera.
En cambio, casi la totalidad de los que votaron por Lasso, preferirán votar por el candidato indigenista. Los empuja su visceral anticorreísmo y su pánico a que un gobierno de Arauz ponga fin a la dolarización de la economía.
Las urnas ecuatorianas mostraron el domingo que el anticorreísmo se acerca al 70% del electorado, aunque ninguna de sus fuerzas tiene un núcleo duro de apoyo como el que tiene el espacio que lidera Correa.
Las chances de Arauz crecen si en el ballotage su desafiante es Lasso, porque una porción significativa del anticorreísmo no votaría al líder conservador, que ya perdió dos elecciones presidenciales.
Yaku Pérez y su propuesta de un izquierdismo moderado y dialoguista, que pondría fin a la corrupción y al odio político, podría ser quien finalmente llegue al Palacio de Carondelet.
Correa tuvo que posponer el brindis. Y es posible que el ballotage finalmente lo deje sin razones para brindar.