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  • El chavismo contra sí mismo

    Publicado: 22/05/2013 // Comentarios: 0

    Por Claudio FantiniLa Hojilla es, probablemente, el programa que inspiró a 6,7,8. Lo transmite diariamente la televisión estatal venezolana y, además de profesar la fe ultrachavista, se dedica a la descalificación, difamación y ataque personalizado contra aquel que critique al gobierno.

    Su conductor, Mario Silva, se ensaña particularmente con los periodistas y con los dirigentes opositores, igual que sus colegas del  canal de la televisión pública de la Argentina.

    Pero lo que acaba de poner su nombre en la tapa de los diarios del mundo, es la grabación de un diálogo privado que tuvo con el jefe de la contrainteligencia cubana. Allí, Silva describe a Diosdado Cabello (en la foto a la derecha) como el principal responsable de la corrupción que carcome la economía y las instituciones venezolanas. Acusa también al número dos del chavismo, de conspirar contra Nicolás Maduro (izquierda) para que su gobierno fracase y él sea destituido en referéndum revocatorio.

    “Tienen que sentarse con Maduro. Hay una conspiración en marcha. Nicolás está rodeado de un mar de tiburones. Está entrampado”, dice al supuesto agente cubano Aramís Palacios.

    Todo esto hizo escuchar la oposición, en la conferencia de prensa en la que presentó la grabación como la prueba incontrastable de la corrupción gubernamental y la guerra que consume por dentro al chavismo.

    Es imposible descartar totalmente que, como dijo el periodista ultrachavista, la grabación sea un montaje logrado mediante un complejo trabajo de edición. Pero parece más posible que se trate de un diálogo real entre Silva y el agente cubano. Al menos, todo encaja en lo que siempre estuvo a la vista.

    Y lo visible desde hace años es que el liderazgo de Hugo Chávez mantenía a raya la confrontación entre líneas internas fuertemente antagónicas. El ala militar siempre estuvo liderada por Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y hombre de confianza de Chávez por haber sido su camarada de armas y por haberlo acompañado en la rebelión golpista que lanzó contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez en febrero de 1992.

    En la vereda de enfrente está el ala procubana, cuyos principales referentes han sido siempre Adán Chávez, el hermano mayor del comandante, y Nicolás Maduro, el fiel ministro de Relaciones Exteriores del gobierno bolivariano. Pero los verdaderos líderes del ala procubana han sido y son los hermanos Castro. Al menos eso es lo que sostiene el ala militar.

    Es probable que Fidel y Raúl Castro preferían como heredero del poder a Adán Chávez, de tal modo que la sucesión venezolana se dé en idénticos términos que se dio en Cuba, y que fueron los gobiernos de Rusia y China los que convencieron a la isla y al comandante venezolano de que el mejor heredero de su trono caribeño era Maduro.

    Lo que está claro es que el ala procubana se impuso con uno de sus hombres por sobre el ala militar y a Diosdado Cabello no lo dejaron ni siquiera cumplir los términos del interinato que le correspondía como presidente del Parlamento al morir el presidente Chávez.

    Por eso es fácil imaginar a Cabello conspirando contra Nicolás Maduro, como dice la grabación. Y es posible también imaginar que esa cinta llegó a manos de los opositores por voluntad del régimen cubano, con el objetivo de desnudar la corrupción de Cabello y desenmascarar su conspiración contra el gobierno venezolano que responde a La Habana.

    El riesgo de la revelación de la supuesta grabación es que, por imponerse el ala procubana sobre el ala militar, le provoque un daño irreversible a todo el chavismo.

     


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