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Por Claudio Fantini. Bob Dylan podría convertirse en el primer ganador de un Premio Nobel de Literatura que ni acepta ni rechaza el galardón de la Academia Sueca, sino que lo ignora. Hasta aquí, el caso más llamativo había sido el rechazo de Jean Paul Sartre. En 1964, al saber de su nominación, el filósofo existencialista pidió que se lo quitara de la lista de nominados. Luego, al ser galardonado, hizo pública una carta para rechazar la distinción.
Bop Dylan, galardonado por la poesía de sus letras, no respondió si recibirá el Premio | Foto: archivo Turello.com.ar
El autor de La Náusea desplegó argumentos políticos y filosóficos, aunque, posiblemente, la verdadera razón de su rechazo sea que el ganador anterior había sido su adversario en el terreno del pensamiento político: Albert Camus.
Su forma de ponerse por encima del notable autor de El Extranjero, fue la de rechazar el premio que éste había aceptado gustoso.
El antecedente de rechazo que tenía la distinción nórdica fue el caso de Boris Pasternak. Sin embargo, el autor de Doctor Zhivago fue diferente. En un primer momento, había aceptado recibir el Premio Nobel de Literatura y si luego escribió a la Academia Sueca rechazándolo, fue al ser obligado por el poder soviético.
Otro caso extraño fue el de George Bernard Shaw. El escritor irlandés primero había declinado el Premio que se le otorgó en 1925 por la calidad literaria y el humanismo que irradian obras como Cándida, El Discípulo del Diablo y Pigmalión. Luego, aceptó recibir la distinción. Shaw, al igual que Bob Dylan, había ganado un Oscar por el guión de la versión cinematográfica de Pigmalión. La diferencia es que el cantautor de Minnesota aceptó el Oscar, pero no tuvo reacción alguna frente al Nobel de Literatura.
El día que el Comité Nobel sorprendió al mundo al anunciar el nombre del ganador, Bob Dylan dio un concierto en Las Vegas, en el que ni mencionó el hecho. Es cierto que siempre se caracterizó por entrar y salir del escenario sin saludar ni hacer otra cosa que no sea cantar, pero que haya sido un recital más, como si nada particular hubiera pasado durante esa jornada, sorprendió a muchos.
El Comité Nobel intentó infructuosamente contactarlo, pero jamás tuvo respuesta. Hasta el momento, Dylan ni rechazó ni aceptó el Premio Nobel que le otorgaron. Sencillamente, lo ignoró. Y eso, hasta ahora, no había ocurrido.