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Los gremios tratan de que los trabajadores recuperen parte del poder de compra perdido con la devaluación, mientras el Gobierno da batalla para lograr una baja en los precios (aún con final incierto).
La voz cantante de los sindicatos está a cargo de Hugo Moyano, quien pidió un adelanto de $ 3.000 hasta que las próximas paritarias –los acuerdos se efectuarán entre abril y junio- fijen los nuevos salarios. Para la CGT de Moyano la inflación de enero fue del 4,2%.
En Córdoba, la CGT que conduce José Pihen se entrevistó con el gobernador De la Sota. El titular del SEP expresó su preocupación por la situación económica y dijo que las futuras paritarias estatales «no tienen piso».
En su batalla contra la inflación, que aún carece de un plan por parte del Gobierno, Axel Kicillof anunció ayer que las empresas productoras de insumos básicos –acero, aluminio y plásticos- retrotraerán sus precios a los niveles previos a la devaluación, es decir al 21 de enero.
El ministro de Economía anunció que se permitirá una suba de hasta 7,5% en electrónicos y electrodomésticos.
Por la mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, había calificado como “traidores a la Patria” a los hombres de negocios que aplican aumentos abusivos y dijo que algunos incrementan los precios por cualquier razón. “Si llueve, por las dudas aumentan”, dijo. Y prometió trabajar para restablecer la operatoria normal de las tarjetas.
Kicillof afirmó que algunos comercios que venden productos que nada tienen que ver con el dólar “aumentaron sus precios” e ironizó, por ejemplo, con el corte de cabello..
¿Qué pasa?
Si bien el peluquero cuando corta el cabello no usa ningún elemento importado (suponiendo que las tijeras y la rasuradora son nacionales), sin embargo, sus costos subieron por varios factores. Entre otros, por un aumento en la tarifa de la luz, los impuestos al comercio de la Municipalidad de Córdoba, el inmobiliario urbano, los precios de los productos que usa en su actividad (tinturas, colorantes y otros acondicionadores del pelo), por lo que la frase de Kicillof no se ajusta exactamente a la realidad que viven los comerciantes.