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Por Juan Turello. Mauricio Macri no pudo saborear las mieles de la victoria –Cristina Kirchner complicó la transición- y la luna de miel se acabó, señala el comienzo de mi nota dominical en La Voz del Interior.
Enero apenas será un bálsamo, que dejará paso a la discusión de un acuerdo empresario-gremial para fijar metas de inflación, que serían revisadas cada seis meses. El jefe del equipo económico, Alfonso Prat Gay, quiere metas sobre “la inflación futura”. La sociedad prevé 30,5% para los próximos 12 meses, según la encuesta Poliarquía-Di Tella. Subió 8,3 puntos en relación a noviembre.
No a todos les va igual. Los estatales aún pelean para que les compensen el alza pre y posdevaluación de entre 25 y 30 por ciento. Los bancarios lograron un bono de 5.500 pesos y los camioneros de entre 5.200 y 12.000, según el sector.
Mary Acosta (CPCE Córdoba) advierte que “no se trata de un sinceramiento de precios, sino de un cambio en la política económica, en el que pierde el consumo interno”. Ese modelo era inviable, apoyado en un déficit elevado y la pérdida de reservas. “Los precios van a bajar”, admite el responsable de un negocio líder en Córdoba. Hubo una especulación desmesurada.
El Banco Central pagó 35% pagó por colocaciones a 35 días. Los plazos fijos rinden entre 26 y 28%. La tasa frenó las expectativas hacia el dólar, pero desalienta proyectos de inversión y hará más caro el consumo. Los analistas aconsejan a los pequeños ahorristas depositar a 30 días y “esperar”. Supone postergar consumos.
“El proceso de estabilización que se inició llevará su tiempo, enfrentará dificultades y, ciertamente, tendrá costos”, apunta Matías Carugati (Management & Fit).
La suba en los precios y en los servicios implica perder poder de compra para los ingresos fijos; en el mediano plazo, viento a favor
Las medidas a favor de la producción (eliminación de las retenciones y de las trabas para exportar e importar) darán frutos a mediano plazo. El ingreso fuerte de dólares por la cosecha desde mayo pondría la rueda en marcha. La industria caía a octubre 0,7%, según la UIA. El empleo y el salario mejorarían en el segundo semestre. Por ahora, la sociedad le da crédito a Macri.
Córdoba sería la primera provincia en la que ese esquema daría resultado. Pero la calma –si es que los estatales no deciden otras protestas en enero- durará 30 días, hasta el inicio de las paritarias.
El cambio en el cálculo del haber jubilatorio aparece como lógico en un esquema insostenible para la Caja de Jubilaciones. Pero el tema tiene su costo: no sólo afectará a los 96 mil beneficiarios, sino también a los actuales empleados públicos, a los de reparticiones autárquicas y a los de más de 400 municipios cordobeses. Se calcula que están involucrados unos 250 mil agentes, que multiplicados por su grupo familiar, suponen un millón de personas en el impacto social.
Y aún falta el golpe al bolsillo de los aumentos en los servicios: peajes, luz y gas (menos subsidios), teléfonos celulares, Internet y la televisión por cable.
Por contrapartida, las obras públicas anunciadas –nudo vial Mujer Urbana, gasoductos, cloacas- ayudarían a dinamizar la economía provincial a la espera del “efecto cosecha” (por las medidas hay 300 mil hectáreas más de maíz, pero aún por debajo del ciclo anterior). La tasa vial también reducirá costos, pero la próxima suba de las naftas afectará la rentabilidad de los campos alejados de los puertos.
El verano será movido, no sólo en las sierras y el mar.