El consumo caerá este año 1,5% en relación a 2013, según Guillermo Olivetto (Consultora W), uno de los más reconocidos analistas del comportamiento del mercado. La soja cerró ayer a 246,1 dólares para la próxima cosecha (2.102 pesos; 200 pesos por debajo del valor del martes en Rosario). Brasil apenas crecería 0,3% este año y 1% en 2015 y el tipo de cambio no es competitivo para exportar.
Los motores del crecimiento de la Argentina se enfrían. A propósito, ¿cómo nos ven desde España?
El diario El País, publicó un análisis de la actual coyuntura bajo el título Consumo y soja, un modelo agotado.
El artículo recuerda: ❝En la Argentina se suele abonar a plazos (en cuotas) desde un exprimidor de naranjas hasta las vacaciones de verano. El Gobierno ha fomentado el consumo interno como la manera más eficiente de escapar de la crisis de 2001. Y hasta ahora se las arregló para que muchos salarios subieran por encima de la inflación mientras iba pagando sus deudas en el exterior❞.
El diario publica declaraciones de Roberto Bisang, titular de Economía Agropecuaria de la UBA, quien afirma que ❝lo que se está viendo ahora es el agotamiento de un modelo económico. Desde 1994 a 2010 Argentina pasó de cultivar 20 a 32 millones de hectáreas de soja. Y pasó de producir 42 millones de toneladas (de granos) a más del doble, unos 96 millones. Pero sucede que la tierra es finita. Y Dios es argentino, pero no tanto. Se han ido incorporando nuevos países al mercado de la soja, como Ucrania, Kazajistán y la propia Rusia. Y el año pasado Estados Unidos tuvo la mejor cosecha del siglo. Así que en los últimos ocho meses el precio de la soja cayó de 530 dólares a 380 (en Chicago)❞.
❝En los años de bonanza, la Argentina no se compró un paraguas como sí hizo Chile (con la creación de un fondo anticíclico)❞.
❝Por supuesto que el contexto internacional no es favorable. Pero, cuando hizo sol, la Argentina no se compró paraguas como sí hizo Chile; acá no se ahorró, no se invirtió en industria. Sólo se fomentó el consumo primario: televisores, electrodomésticos, automóviles y todos los cachivaches que nos vende China. Esos teléfonos y esos coches se compran en buena parte con los dólares que mete la soja en este país. Porque la soja supone el 24,5% de las exportaciones totales. Y el Gobierno recauda a los productores de soja el 35% de todo lo que venden afuera. Ese dinero alcanzó para el primer coche y el primer televisor de plasma, pero tiene los días contados. Así se gana unas elecciones con el 54% de los votos, como ganó Cristina en 2011. Pero se desdibuja la posibilidad de tener un país industrializado❞, agrega.
Según El País, ❝muchos consultores económicos creen que si se consiguió ahuyentar el fantasma de una segunda devaluación es porque el mercado cree que el Gobierno y los buitres llegarán a un acuerdo en enero. Eso inyectará dólares a la economía que tanto necesita. Pero nada está garantizado❞, advierte.
A los problemas mencionados se sumó ahora la fuerte caída en el precio internacional del petróleo, que cerró ayer a 67 dólares el barril en Texas, Estados Unidos.
Si bien la caída en los precios de la energía podría significar un alivio en las importaciones, la baja en el crudo torna menos rentable las millonarias inversiones que exige extraer el petróleo y el gas no convencional de Vaca Muerta (y que suponían la llegada de dólares para las arcas del Banco Central). Ayer, el titular de YPF, Miguel Galuccio, intenta despejar los fantasmas al afirmar: «Vaca Muerta no está bajo ningún tipo de riesgo».