Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Claudio Fantini. Al final, Grecia dejó pagando a Cristina. El domingo 5, mientras Daniel Scioli, Carlos Zannini, Wado de Pedro, Sergio Berni y Jorge Taiana corrían a La Rioja a colarse en la foto triunfal del único candidato kirchnerista que no había sido arrasado en las urnas, Cristina escapaba de la derrota refugiándose en el resultado del referéndum griego.
En esos tuits, que sonaron tan ridículos por hablar de los votos de otro país en un día en el que se había votado en el suyo, la Presidenta exaltó la rebeldía de los griegos al votar contra el ajuste.
Cristina felicitó al primer ministro Alexis Tsipras por su resistencia contra los recortes y reformas exigidas por la Troika que componen el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo. Sin embargo, muy pronto empezó a verse una realidad que no es la que ella describía. La izquierda griega todavía festejaba en las calles de Atenas la abrumadora victoria del “No” a las imposiciones de la UE, cuando se produjo el primer hecho desconcertante: renunció Yanis Varoufakis.
Ergo, lo primero que hizo el primer ministro Tsipras tras el triunfo de la moción que apoyó su gobierno, fue entregarle a Bruselas la cabeza que Bruselas le exigía: el ministro de Finanzas que elaboraba propuestas que eludían los recortes al sistema de jubilaciones y pensiones, el incremento de impuestos regresivos como el IVA y recortes en la burocracia estatal.
Ahora, Grecia presentó su nueva propuesta para conseguir más créditos. Y esa nueva propuesta incluye mucho de lo que Tsipras rechazaba y, se supone, rechazó el pueblo griego en las urnas del referéndum.
El gobierno de Syriza propone, a cambio de más asistencia financiera, un fuerte ajuste en el sistema de jubilaciones y pensiones, una suba del IVA y una reforma del Estado que achique la burocracia y, por ende, reduzca el gasto público.
Si la expulsión de Varoufakis fue como mostrar una bandera blanca a quienes se suponían derrotados en las urnas griegas (el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea), las propuestas que Atenas acaba de enviar a Bruselas parecen corroborar la capitulación de Tsipras.
No se sabe qué responderá la UE, en la que Alemania -pretende cada vez más recortes- tiene menos ganas de que Grecia siga estando en la eurozona (el más interesado en que se acuerde es Barack Obama, porque Grecia es parte de la OTAN y tiene dos estratégicas bases de la alianza atlántica).
Está claro que la Argentina debiera estar pendiente de nuevos tuits en los que Cristina explique su posición al respecto.
Relacionadas de Claudio Fantini:
» 6/7/2015 | Grecia: la derrota que esconde el triunfo.
» 1/7/2015 | ¿Quién tiene la culpa de la tragedia de Grecia?