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El país vivió anoche las marchas más multitudinarias contra el gobierno de la presidenta Cristina Kirchner, similares a las realizadas en el conflicto con el campo (2008) y contra el corralito a los depósitos bancarios (2001-2002).
La convocatoria no tuvo dueño, ya que se realizó a través de Internet, las redes sociales o mensajes de texto a los celulares. Las movilizaciones del campo y contra el corralito fueron alentadas por líderes políticos-gremiales.
Las marchas en todo el país -en Córdoba reunió a unas 20 mil personas en torno al Patio Olmos– golpearon políticamente a la presidenta Cristina Kirchner (en Twitter: @CFKArgentina), pero también a los partidos, que no participaron activamente en el llamado ni en las movilizaciones.
Las expresiones más comunes de los manifestantes fueron contra la inseguridad, la inflación («nadie puede creer la mentira del Indec, que se puede vivir con 6 pesos por día») y contra la corrupción («nadie reclamó contra la expropiación de Ciccone, porque se expropiaron ellos mismos», dijo Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete de Cristina). También hubo menciones al cepo al dólar y contra la re-reelección. Según los manifestantes, lo que más los irritó de la Presidente fue la frase: «Hay que tenerle miedo a Dios, y a mí, un poquito».
Voces I: Julio Cobos (ex vicepresidente): “La magnitud de la protesta es mayor a la que uno esperaba; es un llamado de atención a la Presidenta y a la dirigencia política, que no convocó a la marcha”.
Voces II: Horacio González (Carta Abierta): «Es una protesta de gente bien vestida», dijo, aunque luego reconoció que se había pronunciado en forma incorrecta.
Durante el momento de mayor concentración, las marchas fueron ignoradas en los medios oficialistas.
La respuesta está ahora en el campo de la Presidenta. En principio, anoche intentó minimizar su impacto.