Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. Macri eligió Córdoba para las vísperas de su primer año de gobierno. No es sólo por la naturaleza, señala mi nota en La Voz. El clima político también lo favorece: es el territorio que le dio 930 mil votos de ventaja sobre Scioli, cuando el triunfo nacional se redujo a menos de 680 mil. Aún conserva gran parte de esa adhesión, según encuestas de opinión. Schiaretti es el gobernador peronista con quien tiene mejor sintonía y Mestre conduce la segunda ciudad del país.
Las certezas parecen detenerse ahí. El resultado de la crucial elección legislativa de 2017 aparece hoy como negativo. En economía, las incógnitas son aún mayores.
Con Ganancias, Macri está pagando la falta de un balance contundente ante la sociedad de la herencia recibida. El inventario “El estado del Estado” pasó prácticamente desapercibido. El dato más contundente lo dio el Indec: uno de cada tres argentinos es pobre. Irrefutable. Los números de déficit fiscal y deuda que dejó el kirchnerismo fueron peores de lo imaginado. Pero ya pasó un año.
Un mensaje claro hubiera hecho entendible porque Cambiemos tardó 11 meses en elaborar un proyecto para modificar la carga de Ganancias, que Macri prometió en su campaña.
Ahora, es una incógnita qué sucederá con el impuesto –que crea otros impuestos- en el Senado. Al menos ocho gobernadores están preocupados por el impacto en sus cuentas. Aun si se cobraran todos los tributos creados, el bache fiscal oscilaría entre 10 mil y 20 mil millones de pesos más los 27 mil millones previstos inicialmente. Las provincias “coparticipan” el 20% de las pérdidas.
La economía es una disciplina vengativa, recuerdan los ortodoxos. En 2017, se necesitarían 50 mil millones de pesos para atender a gobernadores, gremialistas y piqueteros.
La oposición afirma que el dinero en los bolsillos de los trabajadores irá al consumo, que este año caería entre 2 y 4%.
¿No es una inequidad que un soltero que gana más de 33 mil pesos puede desgravar el alquiler, mientras que un padre de familia, que gana menos de esa cifra deba soportar íntegra la carga del alquiler? Una de las incógnitas del proyecto Massa-Kicillof. Los tributaristas coinciden, además, en descalificar el método kafkiano ideado para actualizar las escalas de Ganancias.
Otra incógnita está vinculada sobre qué sucederá con el impuesto a la renta financiera, además de que siempre habrá “sujetos” dispuestos a realizar colocaciones por menos de 1,5 millones de pesos para no pagarlo.
El costo del crédito será más caro para familias y empresas, advierten los analistas. No es la mejor noticia para el despegue esperado.
¿Vetará Macri el proyecto? Otra incógnita. Tampoco se sabe la reacción final de los gobernadores y su influencia real sobre los senadores. Los diputados se dividieron a la hora de obedecerlos.
El Presidente decidió apostar a ganar las elecciones de 2017. Pero está atrapado en atender las demandas de empleo, mejora del salario real y los pedidos de los movimientos sociales, frente a la ortodoxia que le exigen los agentes económicos para invertir y planificar negocios.
El campo ya es más que un brote verde. En la campaña 2016/17 se prevé recolectar 122 millones de toneladas, 7 % más que en el ciclo anterior, con un excedente de ingresos de unos 2.000 millones de dólares, calcula el economista Juan Manuel Garzón.
La industria automotriz parece despertar. Renault ya ensambla en Santa Isabel tres modelos que se producían en Brasil, además de que desde 2018 se destinarán 600 millones de dólares para fabricar tres pick ups. Peugeot anunció que destinará 320 millones de dólares para producir también el vehículo que demanda el campo. La construcción y el consumo se sumarían a la onda de los brotes verdes. Brasil volvería a crecer.
Una de las grandes incógnitas es qué sucederá con las cuentas fiscales y cómo se financiará el festival de plata anunciado para gobernadores, gremialistas y piqueteros. “La economía es una disciplina vengativa”, recuerda Miguel Ángel Broda sobre el déficit fiscal y el endeudamiento verificado este año. En 2017, se necesitarían 50 mil millones de pesos, calcula.
Las expectativas de un mejor futuro ahogan las inquietudes de quienes recuerdan los desafíos que plantean las incógnitas.