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Por Sebastián Turello. El ajuste de las expectativas económicas ¿responde a una mala gestión de Gobierno o a una mala comunicación gubernamental? preguntaron Los Turello al escritor y “activista” de la comunicación política, Mario Riorda.
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Si bien puede haber un problema de comunicación, para el especialista “la política tiene (por lo general) una especie de pedantería al decir: ‘yo hago las cosas bien, pero este pueblo no me entiende’«.
Según Riorda, detrás de esa frase se esconde, por una lado, una política que escucha poco o que está desbordada para dar respuestas y, por el otro, el mal entendimiento de la comunicación, como una salida elegante a los problemas políticos. “Siempre, el chivo expiatorio es la comunicación”, enfatizó.
A lo largo de la conversación con Los Turello [ver video], Mario Riorda destacó la importancia de instalar un “mito de gobierno”. En ese sentido, se refirió a los factores que contribuyen a la percepción de la ausencia de un relato por parte del gobierno de Mauricio Macri. Además, aludió a la escasa interacción de los rockstars políticos en las redes sociales, en especial en Twitter, y al “eterno comienzo de la Argentina” (título de su último libro).
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A continuación, los pasajes más destacados de la entrevista.
-A diferencia del kirchnerismo, algunos sostienen que: ‘Macri no tiene un relato’, que sólo se apoya en las redes sociales y que esto resulta insuficiente. ¿Cómo lo ves?
-[…] Lamentablemente la expresión “relato», que es muy linda para la comunicación política, se ha bastardeado en la Argentina porque fue la etiqueta que la oposición le aplicó al Gobierno pasado, especialmente frente a la ficción de los números del INDEC. Sin embargo, el relato es buena palabra, descontextualizada de ese momento. Varios libros atrás, lo definí como «mito de gobierno», una expresión que hoy se ha instalado en el mundo académico.
El mito de gobierno es la brevedad del relato que da cuenta no sólo de lo que se dice, sino de lo que se hace. Ahora, para que el mito de gobierno se instale y sea percibido es necesario que haya mucha coherencia de las políticas públicas. No es simplemente una expresión publicitaria, ni tampoco un discurso bonito.
Cuando se plantea «unir a los argentinos; combatir el narcotráfico y pobreza cero», como ejes de Gobierno, y a su vez, en el marco de las expectativas, imaginabas que tenías un dream team económico (que tiene más de dream que de team en función de los conflictos internos), ves que esos elementos no son coherentes con todo lo que está sucediendo en términos de política pública […] No hay mucha coherencia entre la propuesta y las políticas públicas. Ese vacío es la ausencia del relato que se le reclama.
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-Al parecer, el Gobierno nacional se ha planteado objetivos muy difíciles de conseguir como «pobreza cero». A nivel comunicacional, ¿no quedan presos de estas manifestaciones?
-Totalmente de acuerdo. «Se trata de un hecho aspiracional», fue la corrección que hicieron específicamente con lo de «pobreza cero». Ése fue el cambio de una política a una dimensión aspiracional. La autoimposición de metas, que la gente no está reclamando, le ha hecho mucho daño a la credibilidad del Gobierno. Cuando hablaban del «segundo semestre», los «brotes verdes» […] son errores de comunicación con un impacto político. ¿Cuál es el impacto político? La merma de las expectativas y de los niveles de aprobación promedio.
«La autoimposición de metas […] le ha hecho mucho daño a la credibilidad del Gobierno (nacional)».
Además, este es un Gobierno complejo para entenderlo desde el punto de vista de la opinión pública. ¿Por qué? Porque la imagen del Presidente tiene aún un leve diferencial positivo. Es decir, es más valorado que rechazado. Su Gobierno tiene diferencial neutro y sus políticas, salvo las económicas, no son criticadas, porque no son conocidas.
-De la comunicación a las redes sociales, un canal con cada vez mayor protagonismo en las campañas y la gestión. ¿Cuál es el estilo que predomina en Argentina?
-Tuve la suerte de dirigir el estudio más grande que se ha hecho en el mundo, hasta ahora, para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 61 distritos de América Latina, con más de un millón de habitantes. Luego, lo repliqué para Twitter en la Argentina.
No olvides descargar el estudio: EL GOBERNAUTA ARGENTINO EN TWITTER en el @El_Estadista @FundacionCigob #compol https://t.co/iyRHVa0oeJ
— mario riorda (@marioriorda) 22 de diciembre de 2016
La constante más importante que uno puede advertir es que el uso (de las redes sociales) es netamente publicitario. No hay interacción y quienes manejan las redes (community managers) construyen rockstars (políticos). No interaccionan, porque son estrellas. Para 1,2 millones de tuits, capturados durante un mes, en 23 provincias de la Argentina y CABA, el nivel de interacción de los gobernadores fue del 0,00%. Ningún gobernador contestó nada […] Si el primer patrón de búsqueda de los ciudadanos son las redes. Y si la entidad de los políticos en las redes es la de un rockstar, hay una incompatibilidad con decir «escucho y dialogo con la gente».
-¿Qué significa el título de tu último libro «CAMBIANDO – El eterno comienzo de la Argentina»?
-El editor del libro escribió en la contratapa: «se trata sobre la euforia y la decepción». De una manera u otra, tiene que ver la «institucionalidad serrucho» de este país: empieza, crece, cae y vuelve a empezar de cero. Cada presidente, cada líder o cada movimiento político siempre tiene la tentación, bastante mesiánica, de decir “la Argentina comienza conmigo” […] En contextos críticos, falta todo menos prudencia.