Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. «Fue más difícil de lo que imaginamos”, admitió Mauricio Macri. Y describió la herencia: un país en default, sin energía, con deudas impagas en todas las áreas del Estado y una estructura administrativa desmantelada, señala el comienzo de mi nota en La Voz. Es cierto. La herencia fue peor de la imaginada, pero el Gobierno cometió el error de no explicarla, de modo inmediato y contundente. Hoy, la sociedad ya le quitó ese crédito.
El mejor indicador de la herencia lo dio el INDEC, cuando difundió que el 32,2% de los argentinos es pobre. Ésa es la herencia, que el kirchnerismo todavía no ha reconocido.
Pero el Presidente y sus funcionarios en economía –seis en total: Quintana, Lopetegui, Sturzenegger, Prat Gay, Cabrera y Aranguren- cometieron errores, que agravaron la pesada herencia.
“Nadie vendrá a invertir si la construcción cae 19% y la industria, 8% ”, señaló a este periodista un diplomático de primer nivel, con residencia en Buenos Aires. La construcción se desplomó 14% en 10 meses, en tanto la producción fabril retrocedió 4,9% en ese período.
Hace un año, los macristas pateaban globos por su triunfo. Hoy, el festejo es más modesto. El Gobierno tiene la mitad del crédito abierto (el porcentaje de votos que obtuvo).
A la política de comunicación, hay que incluirla también en los errores de gestión. No alcanza con informar sólo en las redes sociales ni con el “timbreo”. Tampoco con eslóganes como “el segundo semestre”, “brotes verdes” y “un millón de puestos de trabajo”. A propósito, una buena: la desocupación cayó en el tercer trimestre (8,5%) en relación con el segundo (9,3), pero pocos se enteraron.
Los economistas prevén que entre marzo y junio de 2017 habrá una mayor dinámica (el campo hará el mejor aporte). La luz al final del túnel parece inalcanzable.
Las grandes inversiones esperarán a saber cuánto poder retiene Macri en las elecciones legislativas. Lo recordaron Jorge Brito (bancos nacionales) y Eduardo Eurnekian (Corporación América), quien dijo: “El dinero no viene y no va a venir, porque acá todos los días hay un despelote”.
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Las ansiadas inversiones de compañías norteamericanas están bajo la lupa, luego de que en Estados Unidos triunfara Donald Trump. Hay una buena: los chinos están recorriendo Latinoamérica en procura de ganar el lugar que están dejando otros actores, admitió un economista que escuchó al diplomático.
El dólar se volvió a despertar, lo que es una buena noticia para los exportadores y para la industria local. Unos, aludían a un tipo de cambio insuficiente; otros, a una avalancha de importaciones, que sólo era real en ciertos bienes. Al Banco Central no le desagrada la suba.
El minorista cerró ayer a 16,11 pesos. Los pequeños y medianos ahorristas tendrán un diciembre movido en función del temor a que se imponga un impuesto a los plazos fijo, y por los gastos en vacaciones.
Hace un año, los macristas pateaban globos por su llegada a la Presidencia. Hoy, el festejo es más modesto. El Gobierno tiene la mitad del crédito abierto (el porcentaje de votos que obtuvo). La economía es su mayor desafío para los próximos seis meses.