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Por Martín Giorgis y Roberto Kerkebe Lama. Finalizado el mundial y aún con las sensaciones a flor de piel, nos sumamos a reconocer la figura de Javier Mascherano, referente temperamental de la Selección y de cualquier sector de la Argentina. ¿Por qué?
Primero, queremos en este reconocimiento poner en valor a todos los “Masche”, que hemos conocido en distintas organizaciones, quienes -por su entrega- conmueve verlos hacer con pasión su tarea.
Lo común es que respondan al desafío. Y todos estamos acostumbrados a ello, a tal punto que en algunas empresas hasta se olvidan de reconocerlos. ¿Cómo premiar un estilo de trabajo? No lo hacen por un objetivo. Simplemente lo hacen de la única forma que saben.
Pero no lucen siempre, porque los que brillan, cuando brillan, copan todo. Pero cuando algo no sale bien por culpa de ellos, son los primeros a quienes se les achaca la culpa o, incluso, son los primeros en las que recaen. Y ellos lo aceptan.
Los «Masche» lucen en las crisis, cuando todos fallan; no ganan partidos, te salvan los campeonatos.
Pero a veces las figuras fallan o no están a la altura del desafío, y ellos -los «Masche»-, como siempre, como todos los días, hacen del brindarse todo, su cotidianeidad. Y allí uno agradece que existan.
No es que sean más valientes o amen la camiseta o a la empresa más que otros. Es que no entienden otra manera de jugar (de trabajar). Por ello, a los Mascherano no se les pide pertenencia. Muchos besan la camiseta, pero la camiseta besa sólo a los que son como él.
En las empresas nunca está en duda su pertenencia. Llega a tal punto que nadie hace nada por retenerlos. Siendo que proveedores y clientes darían lo que sea por tener un colaborador como “ése”. Más que demostrar pertenencia, se percibe que alguna parte de la empresa les pertenece a ellos, aunque no sean el dueño.
Y en las crisis, cuando todos dan un paso atrás, ellos dan un paso adelante porque esa organización («su organización«) tiene en su seno mucho de ellos, y salen a resguardar (y a resguardarse), demostrando a veces hasta mayor compromiso que los dueños.
Sus actos hablan, su entusiasmo enseña, su nobleza conmueve y su ejemplo se necesita. Por más «Masche» en las empresas.■
Acerca de los autores
Martín Giorgis y Roberto Kerkebe Lama | ||
SM | MG | Martín y Roberto son directores en Mente Comercial, empresa de Córdoba dedicada a la consultoría en gestión de ventas y entrenamiento de equipos comerciales. Ambos son profesores de la UCC y de la UNC. |