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Por Juan Turello. Puede parecer contradictorio, pero es un dato de la realidad. El 68% de la población tiene una imagen negativa de Sergio Massa, pero el ministro genera expectativas entre ciertos empresarios.
La encuesta de Giacobbe Consultores muestra que las tres principales figuras del poder -Massa, Cristina Kirchner y Alberto Fernández- poseen una imagen negativa muy alta: siete de cada 10 argentinos no tiene una buena opinión de ellos. Lo que viene en materia de economía, según mi nota en La Voz.
El 60% manifiesta una “expectativa negativa” sobre la gestión de Massa como titular de Economía.
El temor a un descalabro todavía mayor es lo que genera cierta aceptación del nuevo ministro, pese al rechazo al gobierno de Alberto y Cristina Fernández.
¿Por qué un sector del empresariado le abrió una carta de crédito al hombre que hoy está en un segundo plano por el escándalo político que desató Cristina Kirchner al conocer el pedido de condena en la causa “Vialidad”?
Porque ese grupo teme un descalabro aún mayor de una economía con una inflación proyectada de 90% en el año; con un Banco Central sin reservas y escasas perspectivas de éxito.
No todos piensan igual.
Previo a la exposición de Mauricio Macri, el presidente de la Bolsa de Comercio de Córdoba, Manuel Tagle, admitió que la orientación de las medidas es correcta, pero las calificó de “tibias”.
“El país necesita un plan de estabilización consistente, creíble y que sea informado a la sociedad; la situación es muy delicada”, concluyó.
En el mismo auditorio, Guido Sandleris, expresidente del Banco Central, sostuvo que el tema de las reservas “es crítico” y es hoy el principal desafío.
El Gobierno decidió “pisar” los pocos dólares que hay en el Central y virtualmente congelar las importaciones hasta el 30 de septiembre, cuando disminuirán las importaciones de gas natural licuado (GNL).
El aparato productivo comenzó a crujir. La Aduana de Zárate tiene en sus playones más de 30 mil vehículos importados que esperan ser “nacionalizados”.
“Hay semanas que trabajamos dos días y en los otros tres estamos parados”, afirman en una metalúrgica proveedora de una de las grandes terminales asentadas en Córdoba.
Los centros de estudios ya detectaron una caída de casi 2% en la actividad económica en julio con respecto a junio. El dato podría repetirse en agosto.
Massa cree que ese cuadro podría revertirse con la llegada de la primavera (no sería necesario importar GNL) y porque espera que su gira por Estados Unidos destrabará el envío de fondos frescos del Banco Mundial y del BID.
Además, el equipo económico anunciará en las próximas horas más incentivos al “dólar soja”. La operatoria actual vence el 31, con escasos resultados.
El ministro apuesta a que lleguen más dólares por futuras inversiones en Vaca Muerta, en minería (explotación de litio), en la agroindustria y en el turismo receptivo.
El enfoque de Massa prevé que las inversiones revertirán el fuerte recorte de gastos dispuesto en el Estado, en el empleo público y en las obras sociales, que provocarán una mayor parálisis.
Hasta ahora, los gremios tuvieron una reacción tibia a la poda de recursos, a contrapelo de lo que hubieran provocado si las ortodoxas medidas, pero necesarias, hubieran sido adoptadas por un gobierno opositor.
¿La supuesta llegada de dólares logrará revertir el ajuste y generar un marco de tranquilidad?
“Puede haber algo más de empleo en Vaca Muerta, pero son medidas de largo plazo. No creo que tengan un efecto inmediato”, responde Sandleris.
La posibilidad de tranquilizar la economía y evitar el abismo, modificó las expectativas de ciertos empresarios, pero los desanimó el escándalo que protagoniza la vicepresidenta, que podría provocar, de ser condenada, un estallido político.
Mientras, la población soporta la crisis caracterizada por la alta inflación y la falta de trabajo.