Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Héctor Cometto. Belgrano y Talleres jugaron en homenaje a los 100 años de la Liga Cordobesa de Fútbol (LCF) con miles de historias que compiten, en su alcance barrial, con la televisión global. Un clásico en paz fue el mejor homenaje posible.
Glorias, conquistas, jugadores al mundo, un sello de identidad pleno del cordobesismo, todo eso ha entregado nuestro fútbol.
Los 100 años parecen encontrar al fútbol cordobés, con la verdadera experiencia de haber aprendido de los errores.
Un partido que no se puede jugar en Rosario por la violencia entre las hinchadas y (quedó comprobado) tampoco se puede jugar en Buenos Aires. Un clásico recuperado que todavía necesita como sostén el marco de Primera, pero que ya tiene visos que honran su historia a partir de las demostraciones de la gente, la que lo sigue y, fundamentalmente, la que dirige sus destinos. Un Talleres-Belgrano que vive un gran momento, con la recuperación institucional de la “T” y la seriedad que caracteriza cada uno de los movimientos del “Pirata”.
Ambos clubes mantienen sus columnas vertebrales: la estructura.
● Belgrano: mostró los pibes a agregar, justo cuando vendió su última joya a Lanús, Lucas Melano. Esa es una circunstancia lógica. Belgrano tiene que estar preparado para desprenderse a tiempo de sus mejores valores, porque es la única forma de sostener un presupuesto en el fútbol argentino.
● Talleres: ganó con gol de Klusener, jugador que mantuvo a un alto costo y se ha convertido en símbolo duradero en tiempos fugaces.
La mancha
Desde la popular que supuestamente maneja “la Fiel”, la barra de Talleres premiada en la Legislatura Unicameral y que expuso en el Congreso Nacional, surgieron cánticos xenófobos que podrían haber interrumpido la fiesta.
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