Por Claudio Fantini. Al mejor argumento para defender el voto a Mauricio Macri, no lo dio el Presidente, Marcos Peña ni Durán Barba ni se le ocurrió a nadie de la mesa chica macrista. Al argumento de fondo para avalar un voto a Macri lo dio Miguel Ángel Pichetto, el jefe del bloque de senadores peronistas. Repasemos de qué se trata.
Ante la pregunta sobre a quién votaría en una probable segunda vuelta entre Macri y Cristina Fernández, Pichetto expresó con otras palabras que, puesto en esa situación, él votaría por la opción que, aunque plagada de defectos, represente a la cultura democrática, y nunca votaría una opción que represente el autoritarismo o una cultura autoritaria.
Ése es el razonamiento más adecuado para defender el voto a un segundo mandato del actual Presidente. Sin embargo, de distintos modos, el macrismo ha sostenido siempre el razonamiento de Durán Barba: Macri es la opción que representa “el mal menor” si la otra opción es Cristina Fernández y el kirchnerismo.
En rigor, la razón por la que el macrismo podría implicar “el mal menor” si la otra opción es el kirchnerismo, es que expresa una cultural liberal-demócrata, mientras su contraparte expresa una cultura política que desprecia a la cultura liberal-demócrata.
Explicar a Macri como la opción “menos mala” exhibe superficialidad e ignorancia, en lugar de señalar que defiende una cultura liberal-demócrata.
Fue Pichetto quien recurrió a la manera más inteligente y adecuada de explicar por qué, en determinada situación, se justifica que voten a Macri todos los que consideren al sistema liberal-demócrata como superior a los liderazgos moldeados en culturas autoritarias de izquierda o de derecha.
El actual Presidente y sus principales consejeros ni siquiera se dieron cuenta que Pichetto explicó con un sólido argumento de fondo lo que ellos llevan años explicando con una argumentación torpe y superficial.
En rigor, el senador peronista lleva tiempo exponiendo argumentos que superan en sensatez, razonabilidad y lucidez a los razonamientos efectistas, demagógicos y negligentes que monopolizan el centro del escenario político argentino.
¿Se dará cuenta Macri?