Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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El Índice del Clima de Negocios e Inversión de Córdoba (ICNIC), que mide el ICDA de la Universidad Católica de Córdoba, mostró en el último trimestre de 2016 un desmejoramiento significativo por la caída de la actividad. La inversión, en terreno negativo. Las perspectivas reflejan que los empresarios esperan estar mejor los próximos meses.
A continuación, la opinión del coordinador del grupo de investigación del ICDA, magister César Murúa, sobre las expectativas para el año que se inicia, tras el letargo de enero.
Por magister César Murúa, asesor e investigador del ICDA de la UCC. «Durante años el Clima de Negocios de Córdoba mostró que los empresarios tenían una opinión negativa de la política económica, incluso en momentos en que consideraban que su empresa estaba generando resultados positivos.
El cambio de Gobierno a fines de 2015 y la promesa de un segundo semestre de 2016 con crecimiento económico, llevaron las expectativas de los empresarios a niveles inusitados, elevando también las perspectivas de inversión.
En su momento, señalamos la importancia de las expectativas como un determinante de la inversión, lo que auguraba un escenario positivo, en el que finalmente se concretarían decisiones empresariales de incremento de la producción. El desempeño actual de la economía en materia de nivel de actividad, consumo y desempleo contrasta con aquel escenario proyectado, derrumbando la confianza en la política económica.
¿Cuán preocupante es este escenario para el Gobierno?
Difícilmente socave el apoyo político de los empresarios cordobeses al presidente Mauricio Macri. Pero los empresarios votan todos los días, cada vez que optan por ampliar su producción, suspender empleados o cerrar las puertas.
Esas decisiones son votos a favor o en contra de una política económica. No son votos partidarios, ni sentimentales.
Los hombres de negocios pueden respaldar lo que el Presidente representa y preferirlo muy por encima de la gestión anterior, pero no respaldan su política económica ni sus resultados.
“El Gobierno deberá demostrar que puede cambiarse a sí mismo, sin renegar de su propia herencia y resistir a la tentación de provocar otra inflación de las expectativas, con el riesgo de generar una nueva decepción”.
El Gobierno nacional respondió cambiando al director técnico y el dibujo táctico de su política económica. Deberá, ahora, demostrar que puede cambiarse a sí mismo sin renegar de su propia herencia y resistir a la tentación de provocar otra inflación de las expectativas, con el riesgo de generar una nueva decepción.
Entramos en un año en el que además de las señales económicas de los empresarios (la inversión) y de las familias (el consumo), Macri podrá percibir en las urnas una señal mucho más potente de la existencia, o no, de una brecha entre las expectativas que generó y los resultados que alcanzó»
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