Por Héctor Cometto. En su cama del Mediclinic Heart, de Pretoria, donde está internado desde hace dos meses, Nelson Mandela tiene que haber sentido el afecto, el cariño y el reconocimiento que le brindaban 90.000 sudafricanos desde el estadio de Soweto.
Especialmente en el momento en que los Springboks vencían 73 a 13 a Los Pumas. Ya el 9 de agosto de 2008, en otro homenaje a “Madiba” los boks habían vencido por 63 a 9 a los argentinos.
Este deporte, clave para su tarea de unión en Sudáfrica, como lo muestra la película Invictus, con Morgan Freeman personificándolo, le brindaba nuevas satisfacciones al legendario líder sudafricano. El rugby está metido en la sangre sudafricana, y esa inserción vuelve a marcar claras diferencias.
Trailer de la película Invictus
Fuente: Youtube.
La grave derrota no es la peor de la historia, la más dura fue la de 1997 en Wellington, con Nueva Zelanda, por 93-8. Pero esta vez sucede en el segundo año de participación de la élite del Rugby Championship, cuando ya se espera que la pertenencia achique, minimice, aquella grieta histórica.
El sábado, en Mendoza, habrá revancha ante el mismo rival, y después vendrán Australia y Nueva Zelanda. La competencia, aún desigual, es la única posibilidad de crecimiento y de acercamiento, el parámetro a analizar será si la Argentina evoluciona, si el cuerpo técnico está a la altura, si los programas de nuevos talentos los generarán de acuerdo a las necesidades del primer nivel, si hay protagonismo de líderes que fueron siempre el sustento esencial de Los Pumas.
Al mismo tiempo, en Córdoba, La Tablada le ganaba 15 a 6 a Tala en la final del torneo ante nada menos que 3.500 espectadores.
El rugby es un deporte de gran significado, desde los planes de Mandela a los de Leonardo Bigi en el Villa Libertador Rugby Club. El rugby argentino sigue atesorando un gran crecimiento. El tiempo dirá si puede aposentarse definitivamente en el cielo que alguna vez tocó con las manos esporádicamente. ●