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Por Claudio Fantini. La caída del precio del petróleo es uno de los grandes datos del año que termina. Su impacto sobre el escenario internacional se hizo visible instantáneamente. Y entre los gobiernos en los que más está influyendo en forma negativa se destacan Rusia y Venezuela.
Las sanciones que las potencias de Occidente le impusieron a Moscú por su involucramiento directo en la guerra separatista que se libra en el este de Ucrania tenían un fuerte efecto. Sin embargo, Vladimir Putin estaba dispuesto a soportarlas en la consecución de su proyecto de expansión territorial.
Lo que medía el jefe del Kremlin es que Estados Unidos y Europa no se habían atrevido, o no habían podido, apretarle la yugular para que devuelva Crimea a Ucrania. La medida impactante habría sido cerrar el Bósforo o el estrecho de los Dardanelos a los barcos rusos que salen del puerto crimeano de Sebastopol.
Si le hubieran cortado los dos pasos que comunican el Mar Negro con el Mediterráneo y que están en Turquía, un país miembro de la OTAN, Rusia habría quedado remotamente más lejos de todos los puertos del sur europeo y del norte africano, así como de su base naval en Tartus, sobre la costa de Siria.
Pero a Putin le cortó el suspiro de alivio el desplome de los precios internacionales del crudo, que junto con el gas son la principal fuente de ingresos de Rusia. Ahí estaba el talón de Aquiles del duro jefe del Kremlin. El rublo rápidamente empezó a devaluarse y la economía avanza hacia la recesión.
La pregunta es si con esta creciente debilidad a cuestas, de no rebotar el precio del petróleo y retomar sus niveles de la última década, podrá mantener su injerencia en el conflicto ucraniano o deberá abandonar a su suerte a los separatistas del este para concentrarse en salvar la anexión de la estratégica península de Crimea.
La debilidad económica de Rusia debilitará, a su vez, al jaqueado régimen sirio de Bashar el-Asad, mientras que de mantenerse el petróleo en caída, se notará también en el mapa político latinoamericano, donde seguirá decreciendo aceleradamente la influencia del gobierno chavista de Venezuela.
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