Por Juan Turello. Los industriales no esperaban un discurso tan duro de Juan Schiaretti contra los “capitanes de la industria”. No los sorprendió, pero sí les llamó la atención el tono del apoyo a Mauricio Macri, en momentos en que ciertos grupos económicos y núcleos del peronismo –identificados con el kichnerismo- prefieren hablar de la bonanza que vivían con Cristina Fernández, señala mi nota en La Voz del Interior.

Tribuna caliente. Schiaretti dijo que su posición es compartida por Macri | Foto: prensa.cba.gov.ar

El gobernador está preocupado por la situación social a partir del crecimiento de la pobreza. Schiaretti explica que la clase media redujo sus gastos, lo que impactó en actividades que, por lo general, estaban a cargo de sectores informales: obreros de la construcción, jardineros, electricistas, talleristas.

Está urgido en poner en marcha la obra pública y otras inversiones que generarán, según sus cálculos, empleos para 40 mil cordobeses. Pero la obra pública no arranca. Aunque no lo dirá en público, a Ramón Mestre le imputa falta de gestión para llevar adelante los emprendimientos que hubieran movilizado a la ciudad de Córdoba. La gota que colmó el vaso fue el cuestionamiento a la nueva traza al arco noroeste de la Circunvalación. El gobernador no habla bien del intendente ante ciertos interlocutores.

Tampoco arrancaron los gasoductos troncales, el proyecto más ambicioso de su gestión. ¿La disputa con Techint –y recientes expresiones de Paolo Rocca- forman parte del enojo por el sobreprecio que cobran los “capitanes de la industria”? Schiaretti mencionó al acero (Techint tiene una posición dominante en este insumo), el aluminio, la celulosa y los plásticos.

Un industrial del plástico reconoció que el polietileno y el polipropileno costaban 30% más que en Asia. Resultado: para ser competitivo debió ingeniárselas para importarlos.

Esa estrategia no puede ser copiada por los industriales metalmecánicos, que también estiman un sobrecosto del 30% en chapas y laminados. Un industrial cordobés está planificando abrir una planta en Zárate para –a través de ese puerto- ingresar los insumos importados y fabricar más barato.

El enojo del gobernador apuntó contra varios formadores de precios, que se lanzaron a un festival de aumentos con la llegada de Macri al poder. Por temor al escrache público o a las presiones de la AFIP, tuvieron otra actitud con Cristina Fernández.

Schiaretti tiene razón en su planteo, pero hay otros componentes clave de los precios en la Argentina: el costo laboral, la carga impositiva y la financiación. Un factor que atañe a todos los niveles de gobierno es la infraestructura.

“Somos competitivos en precios a la salida de fábrica”, aseguró un ejecutivo de Arcor. La logística –rutas, puertos, aduanas- suma costos. “El alimento en góndola tiene 41% de costo impositivo y 20% de costo logístico”, precisó Adrián Kaufmann Brea (UIA), quien cuestionó también el costo de la energía.

Salvo el tema del dólar, las otras patas de la mesa de la competitividad no pueden ser modificadas en lo inmediato: apertura, costo salarial, presión impositiva y una infraestructura destruida. Todas suman para una inflación imparable.

Para algunos industriales, la resolución no puede hacerse bajo los parámetros que imponga China, que es un problema no sólo para la Argentina.

El enojo es una reacción que suele esconder varios elementos. Entre ellos, no hay que olvidar las ambiciones políticas ya lanzadas.

Redacción Turello.com.ar

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