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El gobernador Juan Schiaretti elevó el tono de sus críticas a la gestión de Alberto Fernández, al aludir a una “Argentina unitaria”, porque el Gobierno sólo atiende los problemas del AMBA (Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense). Dijo que el país está “estancado y en decadencia”.
Por otra parte, anunció más de 100 obras y el impulso para la construcción de más de 10 mil viviendas; defendió el “Estado presente” en el desarrollo de los gasoductos troncales y de una Internet mayorista.
En el mensaje no incluyó autocríticas; en especial, por la ola de inseguridad o la actuación de polémicos funcionarios, como Diego Concha en Defensa Civil. La oposición apuntó contra estas falencias.
Ante autoridades legislativas, invitados especiales y los intendentes de las tres poblaciones más numerosas de Córdoba: Martín Llaryora (Capital), Juan Manuel Llamosas (Río Cuarto) y Martín Gill (Villa María), el mandatario provincial pronunció un mensaje de apertura de sesiones de algo más de 40 minutos.
La primera parte del discurso se centró en marcar diferencias con la gestión de Alberto Fernández, cuyas decisiones -dijo- se toman y se piensan para el AMBA.
Se identificó con los verdaderos “progresistas” que sufrieron las persecuciones y la cárcel, al aludir en forma peyorativa a “éstos”, por los kirchneristas que suelen proclamar esa militancia, pero sin una trayectoria que avale sus palabras.
Marcó las diferencias del interior con el AMBA, que recibe subsidios para el transporte, la energía, el agua y las cloacas, entre otros servicios.
Schiaretti insistió en reclamar que los servicios de esas empresas sean soportados por la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, como había dispuesto el Gobierno anterior.
Por su parte, el vicegobernador Manuel Calvo señaló a los periodistas que «Córdoba mantendrá sus reclamos administrativos» para que la Nación transfiere los fondos por las obras públicas realizadas con la promesa de aportes nacionales.
En cuanto a la falta de una autocrítica, dijo: «Nosotros hacemos, y vamos evaluando la tarea que realizamos».
Reforzó su alianza con el campo al pedir el cese de las retenciones a los granos, a la carne (también pidió que se elimine el cepo a las exportaciones, que “no dieron ningún resultado en materia de precios al consumidor») y a la leche.
Pero su alianza más importante apuntó al electorado cordobés al prometer la realización de más de 100 obras públicas y el apoyo crediticio para la construcción de 10 mil viviendas.
Las grandes obras públicas -como la Circunvalación a la Ciudad de Córdoba, los gasoductos troncales, Internet y las cloacas- son los logros más valorados por los cordobeses.
Schiaretti fue reelegido en 2017 con el 57% de los votos, el porcentaje más alto en la elección de gobernador de Córdoba.
Como sucedió en las intervenciones anteriores, el gobernador no realizó autocríticas, como los errores en la expansión de la variante ómicron del Covid-19 y la inseguridad, que no pudo ser moderada pese al fuerte equipamiento de las fuerzas policiales.
Tampoco se refirió a las deficiencias en la formación de policías ni en la polémica actuación de funcionarios, como la del ex titular de Defensa Civil Diego Concha, acusado de violencia contra su ex mujer, quien se quitó la vida por las secuelas psicológicas del drama que afrontó.
La oposición puso el dedo en la llaga sobre estos temas, así como en el endeudamiento del Estado provincial, al que no se refirió Schiaretti en esta ocasión.
Las críticas apuntaron también a la gestión ininterrumpida del peronismo en Córdoba -desde el 12 de julio de 1999- y sus falencias durante los últimos casi 23 años.