Por Juan Turello. Los responsables de la política económica pueden decir muchas cosas, incluso, apelar a relatos para explicar los problemas, pero la economía pasa factura, y la realidad queda a la vista de todos, señala mi nota en La Voz.
La mejor prueba de esta definición es la reciente crisis de los combustibles, que aún no se superó totalmente en el interior. Las subas de los precios y del dólar. Falta de insumos industriales.