Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. Postulantes para las elecciones primarias del 12 de septiembre pasaron la primera semana de campaña con más agravios contra los adversarios que en exponer sus propuestas. Mientras tanto, la sociedad anhela conocer una guía para sortear la crisis sanitaria, que da indicios de avanzar hacia una peligrosa ola por la variante Delta del coronavirus, y para dominar la inflación, que carcome los bolsillos, señala mi nota en La Voz. Qué pasará con los precios y el dólar.
La suba de precios y del dólar son las dos variantes económicas a monitorear en los casi tres meses y medio que restan hasta los comicios legislativos del 14 de noviembre, en medio de la crisis sanitaria.
El Gobierno decidió usar el inflador para alentar el consumo, a través de la inyección de unos 450 mil millones de pesos en bonos a los jubilados y a los beneficiarios de planes sociales, por las subas en las paritarias, los créditos a la vivienda Casa Propia y la incorporación de jóvenes al trabajo mediante el programa Te Sumo, entre otras medidas.
Las medidas para alentar el consumo no constituyen un programa ni una solución a los graves problemas de la economía.
Un botón de muestra sobre la lógica oficial: el Gobierno convalidó una suba de 45% en los sueldos del personal de salud.
Al mismo tiempo, autorizó un aumento acumulativo de 9% de las prepagas en agosto, en septiembre, en octubre y en enero próximo (alcanza a 47% en el año por otros ajustes y a 61% en 13 meses).
¿Los salarios tendrán un incremento similar para afrontar esos aumentos?
Es muy probable que miles de afiliados deban optar por una empresa más barata, o bien, pasar la atención del grupo familiar al hospital público. Es más gasto para un Estado, cuya emisión será récord este semestre.
La inyección de pesos que alienta la gestión de Alberto Fernández provocará una suba en los precios porque las fábricas trabajan al 70% y aún no están dadas las condiciones para que funcionen a full. Las importaciones serán restringidas.
Otros botones de muestra: la chapa que vende la principal siderúrgica del país aumentó 100 por ciento ¡en dólares! en un año para las pymes cordobesas. Y la lista sigue.
Cientos de pequeños y medianos comercios reconocen que retocan sus precios “por las dudas” afronten un aumento al reponer los productos.
El dólar hace de las suyas en la campaña. El aumento de más de 40 pesos del dólar paralelo desde mayo movilizó la compra de automóviles, de motos, de electrodomésticos (televisores y aires acondicionados) y de alimentos en los centros mayoristas, así como la construcción particular.
“El veranito de julio todavía está por debajo de las ventas registradas en 2019, que ya fue un año malo”, señala el titular de una concesionaria de automóviles, quien insiste en que el sector todavía atraviesa un período de “vacas flacas”.
Analistas estiman que Martín Guzmán necesitará el auxilio de un billón de pesos para el cierre de las cuentas públicas. En los primeros siete meses, el Banco Central le entregó más de 580 mil millones a través de adelantos transitorios y de “utilidades” (ficticias en realidad, basadas en el aumento del dólar en las reservas).
Los subsidios que se volcarán al mercado; los aumentos en las paritarias, junto al congelamiento de las tarifas y el intento de controlar el dólar, podrían provocar cierta sensación de bienestar al momento de ir a las urnas.
Pero esas medidas coyunturales no constituyen un programa ni una solución a los problemas de la economía. Ni el Gobierno ni los candidatos en campaña hablan de estos temas.