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Por Héctor Cometto. El estadio Mario Kempes volvió a convertirse en el lugar ideal para vivir dos grandes partidos, que pudieron ser disfrutados hasta para el espectador neutral, certificando el protagonismo renovado de los principales equipos cordobeses.
Belgrano
Ganó con una gran actuación que ratifica sus innegociables parámetros: afianzar jugadores a través de un proceso (Márquez y Pittinari), espacio para los juveniles del club (Saravia y Álvarez) y la floreciente actualidad de los fundamentales (Pereyra, González, Farré).
Todo enmarcado en un respeto por lo presupuestado (en definitiva, por la palabra) y por el estilo original (garra, entrega, pasión). Es que para que se concrete el éxito de la chilena espectacular del “Picante”, pura improvisación, hace falta invertir, gestionar y desarrollar con cero improvisación.
Talleres
Se acomoda a la transición, que muchos consideran fugaz, como si se pasara del infierno anterior al paraíso de Primer por venir en un segundo, sólo porque lo merece su gran cantidad de hinchas. No es tan sencillo. Klusener, Leyes, Avendaño, la columna vertebral lo tiene claro, lo mismo que el técnico y el presidente. Y con la fortaleza táctica, física y anímica demostrada el sábado, está la base para que la técnica individual haga el resto.
Sportivo Belgrano de San Francisco
Demostró que, con procesos serios y ordenados, llevados adelante por los que saben, se llega.
● Y hasta la previa del viernes entre Las Palmas y Peñarol en el Estadio pintan un momento. Además, una decena de equipos en el Argentino B pugnan por ampliar su horizonte.
Instituto
También ganó, pero juega en la semana el partido que está perdiendo y por goleada, por sus problemas económicos. Que sea la excepción en esta regla marca su principal problema: los demás se han organizado para subsistir y mejorar, y lo han logrado, en similar adversidad monetaria.
Es que primero recuperaron seriedad y cumplimiento… ahora recobran protagonismo.