Por  Juan Turello.  Cristina Kirchner  decidió personalmente regresar una semana después de la alta médica por su hematoma cerebral y complicaciones cardíacas, según revelaron los que conocen la intimidad de Olivos, señalé en mi nota dominical de La Voz del Interior.  

Cristina vuelve, proclama La Cámpora en las paredes, con toda la connotación histórica e ideológica que tiene la frase. Los jóvenes y su hijo Máximo serían las principales espadas de un regreso con euforia, que les permitiría sostener al Gobierno en los dos próximos años. Basta recordar que semanas atrás se especulaba con la renuncia de la Presidenta por cuestiones de salud.

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— Wado de Pedro (@wadodecorrido) November 11, 2013

El fervor político apenas podrá disimular que el regreso tiene un margen más acotado en cuanto a los instrumentos que dispondrá para detener la inflación y bajar las expectativas en torno al dólar, que ya vale 10 pesos.

El Gobierno proclama mes a mes cifras récords en la recaudación, pero las cuentas están en rojo aun con semejante nivel de recursos, los más altos de la historia medidos en relación a lo que produce la economía en un año. Para financiarse, acude a ganancias ficticias del Banco Central y de la Anses y, como estas también son insuficientes, apela a adelantos transitorios del ente monetario (emisión pura).

La inflación se estabilizó en torno del 26 por ciento interanual (“Inflación Congreso”). Para 2014, Ieral-Fundación Mediterránea y la Bolsa de Comercio de Córdoba prevén un salto a un rango de entre 26 y 29 por ciento, aunque ambos institutos admiten que “no habrá crisis en el corto plazo”. El crecimiento de la economía será mediocre, entre uno y dos por ciento, coinciden.

 Pero hay una advertencia: el uso de reservas para el pago de deuda, financiar el turismo y la compra de energía es un esquema que no da más, advierte Mary Acosta (CPCE de Córdoba). O se toca alguna de esas variantes o se acude a endeudamiento externo, señala la economista, quien recuerda que el Gobierno dio algunas señales por esta última opción (Ciadi, nuevo índice de precios ante el FMI). Esta alternativa, sin embargo, es una herejía para ciertos núcleos kirchneristas.

 Por aquí no 

Mientras Cristina Kirchner puede elegir entre emisión o endeudamiento –aun con sus riesgos-, esas opciones están vedadas para gobernadores e intendentes, cuya alternativa de hierro es aumentar los impuestos. Es cierto que tanto las administraciones de José Manuel de la Sota y de Ramón Mestre, por caso, pueden mejorar sus gastos (en especial en propaganda y plantel político), pero una inflación de 26 por ciento anual no deja demasiado margen más que acudir a una suba en los tributos. Otra alternativa sería, por ejemplo, aumentar la productividad del sector público, lo que ni se menciona en las discusiones salariales.

Otro botón de muestra: más de 10 mil presos políticos tendrán ahora una pensión mensual que superará los 6.000 pesos mensuales, por encima del sueldo básico de gran parte de la administración pública nacional y que más que duplica el mínimo jubilatorio (2.700 pesos) de quien aportó durante 30 años.

El costo de la inflación lo pagamos todo, aunque la Presidenta y sus voceros insistan en que una familia tipo (pareja y dos hijos) se puede alimentar con 24,5 pesos por día. Algo no está bien.●

Acerca del autor

	SM	Juan Turello
	SM	Periodista. Editor de Turello.com.ar. Columnista económico en el diario La Voz del Interior y Cadena 3. Conduce «Bipolares» por 96.1 FM (Shopping Classics), de lunes a viernes de 7 a 9. Realizó numerosas coberturas en el país y en el exterior. Le gusta jugar al golf. Twitter: @juanturello / Facebook: juanturello

Redacción Turello.com.ar

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