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A partir del conflicto policial, la ciudad de Córdoba vivió entre la tarde del martes y la mañana del miércoles las peores 20 horas de terror desde los saqueos que se produjeron con la crisis de 2001.
| Números parciales: El saldo final incluye un muerto (un joven de 20 años, con un balazo en el pecho), más de 100 heridos y un centenar de detenidos por los graves disturbios y robos. Se anunció que hoy todos los servicios serán normales: transporte, seguridad, bancos, escuelas y administración pública.
#SaqueosEnCórdoba Estoy super indignada con todo esto pic.twitter.com/XObXZGZxDF
— Chica Pasti (@caaro_zabala) diciembre 5, 2013
El reclamo de los polícias se venía incubando desde hacía 20 días y estalló en la mañana del lunes cuando esposas de los efectivos ocuparon el ingreso a la Guardia de Infantería. En la madrugada del martes, cientos de policías se acuartelaron en la sede del CAP (barrio Cerveceros). La concentración llegó a reunir a más de 5.000 efectivos, con fuertes apoyos en San Francisco y Jesús María.
Pero, ¿quién paga los costos de esta barbarie?
Costos políticos
● De la Sota es el más dañado en su imagen y en su gestión, más aun cuando decidió viajar a la reunión de comunidades regionales en la noche del lunes, minimizando el planteo policial. La vicegobernadora Alicia Pregno y el jefe de Gabinete, Oscar González, demostraron escasa capacidad de conducción del conflicto policial. La ministra de Seguridad, Alejandra Monteoliva, se vio envuelta en idas y vueltas sobre la resolución de los reclamos.
● El Gobierno de Cristina Kirchner, que colocó a Córdoba bajo la indefensión al demorar el envío de la Gendarmería para restablecer el orden. La fuerza se desplazó rápidamente cuando sucesos similares se produjeron en El Calafate y en Bariloche.
Costos socioculturales
● Se generó una amplia brecha social. Sectores medios descalificaron el accionar de las bandas que, supuestamente, provenían de grupos humildes. “Que Cristina la acabe con los planes”, fue –más o menos- el grito más escuchado entre los comerciantes que perdieron todo el trabajo de una vida.
Jóvenes que se jactaron en Facebook de sus robos. Lo más grave: algunos de ellos lograron decenas de «me gusta».
● Hubo, por contrapartida, muestras de solidaridad por parte de quienes ayudaron a comerciantes y ciudadanos a defender sus pertenencias. Luego, colaboraron en la reconstrucción de los locales afectados.
● La reforma del Código de Faltas: la lucha por eliminar la figura del merodeo quedó sepultada por el accionar de los delincuentes. La figura del sospechoso “de la gorra” se mantendrá, al menos por ahora. Las organizaciones sociales reconocieron que los saqueos se llevaron también el trabajo de varios años.
● ¿Quiénes fueron los autores de los saqueos? En su mayoría jóvenes, de entre 17 y 25 años, que aparentemente están marginados –por distinas razones- de la vida social y educativa.
Costos Económicos
● Más de un millar de comercios destruidos, desde centros de distribución de alimentos, productos electrónicos y juguetes, hasta pequeños negocios barriales de ropa, comida y locales de todo tipo, según el primer balance de la Cámara de Comercio de Córdoba. Se calcula que medio centenar de supermercados y autoservicios resultaron con pérdidas de mercadería y de mobiliario, por lo que permanecerían cerrados al menos hasta el lunes próximo.
Cientos de pequeños y medianos comerciantes perdieron todo el trabajo de una vida. Invalorable e incomprensible.■
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