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Por Juan Turello. En mi comentario de ayer en el diario La Voz del Interior, reflexiono sobre los problemas reales que dominan la coyuntura económica tras el verano: inflación, dólar (¿con doble mercado?).
¿Qué preocupa? La inflación, sin dudas. Los precios subieron 26,3% interanual en enero, según la “Inflación Congreso”. El secretario Guillermo Moreno, pretende colocarles un chaleco de fuerza para moderar las expectativas de las paritarias, pero ha convertido una medida coyuntural en el eje de una política económica errática y aún sin plan para el día 61.
Las grandes cadenas ya manejan que el congelamiento se prorrogará otros 60 días. “¿Y después qué?, la verdad nadie sabe cómo sigue esto”, confesó a La Voz del Interior un industrial ligado a las aguas gaseosas. “Pese a que tuvimos un verano caluroso, el consumo está ahí”, dice colocando su mano a media altura, en señal de que la suba de precios impactó hasta en el consumo para calmar la sed.
“La plata quema en las manos”, grafican, a su vez, vendedores de autos (nuevos y usados) y de departamentos con financiación, sectores a salvo de los números ‘rojos’ que mostró la economía en 2012. La producción se desbarrancó: la industria cayó 1,2%; la construcción, 2,2, y el campo recolectó 14 millones de toneladas menos que en la campaña 2010/11. El balance fue positivo para los servicios (comercio y bancos), que habrían aportado dos tercios del crecimiento de 1,9% que proclamó la presidenta Cristina Kirchner. Para la consultora de Orlando Ferreres, la actividad cayó 0,3 por ciento. “La economía se estancó”, dijo –sin eufemismos– el titular de la CGT oficialista, Antonio Caló.
¿Y el dólar? El dólar sigue siendo el modo de atesoramiento preferido, aun comprándolo en el mercado blue (7,71 pesos, el viernes).
Un sector del Gobierno, encabezado por Axel Kicillof, viceministro de Economía, pretende desdoblar el mercado del dólar para salir del cepo cambiario y, a la vez, capturar parte de la renta agropecuaria y minera. La idea es pagar un dólar comercial (granos y minerales) a la cotización oficial –5,02 el viernes– y entregar un dólar financiero para importaciones y turismo a un valor cercano al blue .
Esta iniciativa, como la de poner en circulación una nueva moneda: el peso federal, ya había sido comentada aquí el 8 de febrero.
Un doble mercado cambiario conlleva graves problemas: fuerte devaluación en momentos en que Moreno quiere congelar los precios; distorsiones en el comercio exterior (se subfacturan exportaciones y se sobrefacturan importaciones) y seguirá el paralelo.
La mayor incertidumbre es la falta de un plan antiinflacionario y la comunicación de qué política económica se pretende adoptar, unificando posiciones en el Gobierno.