Por Sebastián Turello. Los Turello, junto a otros periodistas, visitó la planta de fabricación...
Autoridades del IAE y de Banco Macro, en una ceremonia conducida por la periodista Verónica...
La empresa Aguas Cordobesas celebró el cierre del programa “Construyendo Futuro 2024", con la...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Claudio Fantini. Jair Bolsonaro está siguiendo los pasos que dio Donald Trump en su intento de quedarse en el poder a pesar de perder la elección. Cuando las encuestas empezaron a vaticinar el triunfo de Joe Biden, el magnate neoyorquino empezó a hablar de fraude y a preparar el camino al desconocimiento del resultado electoral. Algo similar sucede con el actual presidente de Brasil. Repasemos de qué se trata.
Desde que las encuestas empezaron a vaticinar su derrota en los comicios de 2022, Bolsonaro empezó a denunciar de antemano un fraude.
Además, ataca a la Justicia desde que los jueces comenzaron a acumular denuncias en su contra, y el Superior Tribunal Federal empezó a analizar las veces que cometió estropicios contra la institucionalidad democrática.
Bolsonaro lleva tiempo llamando públicamente a los militares a clausurar los poderes Legislativo y Judicial.
Hay señales de que la Armada apoya su planteo; la Aeronáutica, no; y hay división entre los generales del Ejército, pero tiene el apoyo masivo de los mandos medios y bajos.
No obstante, aún no ha logrado lo que espera de las Fuerzas Armadas: un golpe contra la vigencia de la Constitución, en una interpretación del artículo 142, como una legalización de ese procedimiento.
Ese artículo se refiere a la obligación militar de “defender la patria”, dar “garantías a los poderes de la Constitución” y, “por iniciativa de cualquiera de ellos, establecer la ley y el orden”.
En ese último punto, Bolsonaro y sus adeptos ven una legitimación constitucional del golpe.
Ese fantasma sobrevoló los actos y las manifestaciones ultraderechistas que hubo en Brasil, al evocarse el Día de la Independencia.
Bolsonaro volvió a amenazar al Superior Tribunal Federal. Presiona contra los jueces supremos Alexandre de Moraes y Roberto Barroso, a quienes acusa de la ola de causas en su contra y por la investigación sobre presuntas acciones inconstitucionales.
Sabe que puede perder la elección de 2022, porque la economía está dando señales negativas que podrían no revertirse a tiempo para dar vuelta la tendencia.
Como hacía Trump con el voto por correo, Bolsonaro está atacando ahora el voto electrónico, implementado desde 1996.
Parece aplicar el mismo método, aunque a su ídolo norteamericano no le sirvió más que para provocar inconducentes estropicios.