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Una gran transformación

Publicado: 27/08/2012 // Comentarios: 0

Es un estadio Transformers. Como en la popular película, se le van agregando piezas que le dan altura, hasta configurar una estructura monstruosa, y se produce una gran transformación.

El Estadio Córdoba se convierte así en el Estadio Mario Alberto Kempes y deja de ser la peor cancha para VER fútbol del mundo.

Aquella matriz alemana había generado un estadio chato, aplanado, distante, frío que ahora adquirió vivacidad, otra sensación de calidez, un impacto diferente, más allá de la crónica visión lejana. Eso sí: aquel Autotrol que nos maravilló en el ’78 no tiene equivalencia con las pantallas LED de hoy. Es como si te comprás un Audi y le ponés los cuatro círculos hechos con alambre.

Tener un estadio así marca la diferencia. Ya hay partidos que no se podrían jugar en otro lado. Para que Lionel Messi pise Córdoba fue esencial esa inversión, que lo ha convertido en uno de los principales estadios de fútbol en la Argentina. Desde ya que seguirá siendo el Monumental el central, el uno, pero está muy desmejorado. Una consideración especial para el de Vélez y una valoración más que especial para el “Canalla”: el de Rosario Central es el estadio en el que mejor se ve el fútbol, el más futbolero de todos.

El Kempes, junto al Orfeo, se convierten en coliseos fundamentales para la llegada de eventos que no tendrían a Córdoba en su GPS: ni Messi ni tampoco Madonna sobrevolarían Pajas Blancas, ni sus fans podrían disfrutarlo con la seguridad de sus explanadas que facilitan el acceso.

A esto lo pueden atestiguar los hinchas de Newell’s: vinieron alrededor de 8.000, y pudieron retirarse muy tranquilos. Una cuarta parte de hinchas de Belgrano sufre horrores cada vez que va a Rosario.

El empujón edilicio a la zona, el movimiento para desarrollar otros deportes, sello distintivo de Córdoba y hasta el hecho de llevar el nombre de uno de los dos más grandes de la historia, hacen que se valore por siempre al renacimiento del que todos conocimos como “el Chateau”. Leer +

La oportunidad hace al deportista

Publicado: 19/08/2012 // Comentarios: 0

Recuerdo lo que significó para mi pueblo, Adelia María, la llegada de un profesor de Educación Física, allá por comienzos de la década de 1970. Revolucionó todo: el grandote agarró la bala, el rápido corrió más de 100 metros, el enérgico ensayó el maratón, el hábil empezó a hacer de todo. Y aparecieron los talentos.

En el año que se hizo una rotonda para un nuevo barrio, los chicos empezaron a hacer ciclismo como si fuera un velódromo. Y así surgió Sergio Rolando, participante olímpico en Barcelona ‘92.

La oportunidad hace al deportista. ¿Qué sucedería si en forma sistemática hacemos llegar útiles y equipos necesarios para la práctica del deporte, destinados formadores y preparadores físicos y mejoramos las instalaciones en los barrios? El deporte de competencia tendría una base mayor y el deporte social recuperaría potenciales candidatos a los peores vicios.

Los clubes ya están, y muchas veces con dependencias ociosas o descuidadas. Sólo habría que superar la politiquería de cuáles funcionarios salen en la foto de las inauguraciones.

Sebastián Crismanich tenía condiciones para todo, desde el fútbol a la natación, pero eligió seguir a su hermano Mauro y a su padre tras las artes marciales. Al principio peleaba con los ojos cerrados o llorando, porque no le gustaba; o rogaba que se rompiera el auto para no llegar a los torneos. Pero se superó: no quería quedar como un pusilánime ante su familia y, junto a su hermano, también gran taekwondista, se vinieron a Córdoba con un bolsito y los protectores para encontrar lo que Corrientes no le daba: un entrenador para avanzar. A la oportunidad le agregó toda su desbordante personalidad.

Pero lo primero es lo primero. Ojalá algún día nos demos cuenta lo que el deporte puede brindar socialmente, y organicemos en forma sistemática ese posible beneficio. Y veremos un disco, un cesto o un martillo junto a la pelota, todo a la mano y en el barrio, para salir a intentar esa magnífica aventura que Sebastián acaba de concretar.

¿Qué es imposible? Será entonces “la gran Galeano”: buscar el horizonte para avanzar. Creceremos en la búsqueda, aprenderemos a proceder en equipo, seremos mejores compañeros y el juego nos hará más grandes. Con medallas tan importantes como las de los Juegos, pero en las calles. Leer +

El fin de una era

Publicado: 13/08/2012 // Comentarios: 0

Por Héctor Cometto.
Un deportista de elite no se consigue en un día; sino en varios… sólo en una era. Córdoba se dio el lujo de disfrutar de una época de figuras fundamentales que trascendieron a nivel mundial.

David Nalbandian, Fabricio Oberto, Georgina Bardach, José Meolans, marcaron con su protagonismo la trascendencia de la formación cordobesa, y enaltecieron el esfuerzo individual personal que en la Argentina es la principal –muchas veces la única- razón para llegar.
Meolans retirado; Georgina despidiéndose; Fabricio y sus problemas personales que lo sacaron de los Juegos y David perdiendo sin atenuantes con la segunda línea, hasta corriendo el riesgo de no ser singlista en Copa Davis, nos hacen valorar lo mucho que nos dieron. No hay imagen en la historia moderna de la natación con la trascendencia de Meolans; su llegada publicitaria lo reafirma. La medalla de bronce de Bardach es uno de los logros más grandes de la historia: ¡una medalla en natación!, apenas comparable a la de Sebastián Crismanich. Oberto se hizo solo, desde la licuadora con el potente brebaje para sumarle kilos, que lo acompañaba en su bolso con las pesas que movía, sorprendiendo al mismo Marcelo Milanesio. Y el tenista de Unquillo agrandándose siempre, en Rusia, en Wimbledon, o en las conferencias de prensa.

Más se valora todavía si se ve el futuro: no hay sucesión, no hay sueños que vuelen desde Pajas Blancas.

El fútbol ha recuperado protagonismo generando eventos como el “monumentalazo” de Belgrano o las irrupciones de Javier Pastore, Matías Suárez, Franco Vásquez y Paulo Dybala, que en etapas anteriores no se daban. Señales de indudable crecimiento.
Los tuvimos, fueron nuestros, nos emocionaron, resta saber si los aprovechamos y se hizo lo necesario para cosechar el legado de su siembra. Leer +

La leyenda se agiganta

Publicado: 06/08/2012 // Comentarios: 0

Por Héctor Cometto.

Hay una estética muy utilizada para agigantar la épica que naturalmente tiene el deporte, al estilo de películas 300, El Señor de los Anillos o Gladiador, y que se usa en las publicidades o anuncios de transmisiones. 

Belgrano se acostumbró a festejar en el Monumental.

Pero hay momentos en los que el deporte crea naturalmente esas sensaciones en estado puro, definitivas, para tornarlo esencial.
El llanto de Del Potro, después de Federer y tras Djokovic, coronaba horas plenas de esas imágenes. Hace un año y medio figuraba 849 en el ranking de la ATP y tras la recuperación de la lesión y posterior operación, logra una actuación de película justo en una superficie en la que nunca había brillado.
Reafirma con la medalla de bronce el final de una secuencia que no tendría la misma consideración si hubiera perdido. ¿La repercusión del gol de Maradona a los ingleses sería la misma si no se le ganaba la final a Alemania?
Generar leyenda hoy es más difícil que antes: ayer, la generaba el relato; hoy, mil cámaras muestran la realidad muy cruda. Eso sí: cuando se escenifica, repercute en todos los rincones. La gente ante las vidrieras hace recordar las imágenes históricas cuando se reunían en torno a la radio de válvula por los relatos de Firpo-Dempsey. Es difícil adueñarse del relato en tiempos del delivery y HDTV en lugar de pan y circo.
Los jugadores de Belgrano fueron nuevamente espartanos en ese Paso de las Termópilas que se transformó el Monumental para los persas (River), ejército absolutamente mayoritario que sufre un duro revés ante 300 (aquí un poco más si contamos los 3.000 piratas), que los encajonan primero, y ejecutan después.
Esas imágenes no se borran jamás. Leer +