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Mandar un contenedor con alimentos desde Córdoba a Rotterdam (el principal puerto de entrada de mercaderías a Europa) cuesta U$S 4.000 para el fabricante; para un empresa radicada en Buenos Aires muchos menos: apenas U$S 1.500.
Bajo este dilema los principales representantes de la industria alimentaria de Córdoba exponen desde ayer y hasta mañana todo su potencial en EPIAL en el Complejo Forja. Hoy se realizarán las rondas de negocios en las que participarán 12 operadores internacionales y 7 oficinas de compras de supermercados.
El duro esfuerzo del «interior del interior» fue destacado por los presidentes de las entidades organizadoras: Norberto Delfino, por la Cámara de Comercio Exterior (CACEC), y Ercole Felippa, por la Unión Industrial de Córdoba (UIC), así como por autoridades provinciales.
«Agregar valor en origen significa el desarrollo de las economías regionales», destacó Felippa. «Córdoba sólo procesa industrialmente entre el 25 y 30% de sus materias primas, el resto se hace fuera de la provincia», acotó Delfino.
«Hoy, la producción y venta de alimentos al mundo es una cuestión estratégica tan importante como la energía», destacó, por su parte», Néstor Scalerandi, ministro de Agricultura de Córdoba.
Lista de problemas
| Felippa: Las entidades tenemos que reclamar por las cuestiones macro: competitividad, tipo de cambio, infraestructura; pero a las empresas les toca enfrentar un gran desafío micro: tecnología, automatización y normas de calidad.
| Delfino: El Gobierno debe dejar hacer; dejar de intervenir. Hoy la distorsión de los precios relativos es llamativa: un kilo de pan en el interior equivale a un mes de la factura de energía en la Capital Federal. Nos cuesta más exportar por la suba de los costos internos, el retraso del tipo de cambio oficial, el costo de los fletes al puerto y la crisis de la Unión Europea, que nos inunda con sus productos. Para colmo el Gobierno se demora con los reintegros.
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