Por Juan Turello. Los responsables de la política económica pueden decir muchas cosas, incluso, apelar a relatos para explicar los problemas, pero la economía pasa factura, y la realidad queda a la vista de todos, señala mi nota en La Voz.

La mejor prueba de esta definición es la reciente crisis de los combustibles, que aún no se superó totalmente en el interior. Las subas de los precios y del dólar. Falta de insumos industriales. 

El ministro responsable, Sergio Massa (la Secretaría de Energía está bajo su conducción), primero minimizó el problema, al aludir a la demanda por el fin de semana largo de octubre; luego, culpó a las petroleras y, al final, concedió una suba de entre 7,6% y 10% por el aumento en los costos de producción.

La falta de dólares es otra realidad que desnuda los problemas del Gobierno.

El Banco Central carecía de dólares para el pago de las importaciones de petróleo. Otro tanto sucede con el ingreso de insumos, repuestos y bienes de capital, que demanda la industria para mantener la actividad.

Industria, sin insumos

La Unión Industrial de Córdoba (UIC) advirtió que en las últimas semanas sólo se autorizó uno de cada cinco pedidos formulados de piezas claves para la producción.

La Cámara de Industriales Metalúrgicos y Componentes de Córdoba (CIMCC) acompañó el reclamo y advirtió sobre la deuda contraída por las fábricas para el ingreso de bienes imprescindibles.

Cálculos sectoriales estiman que el Central postergó pagos por entre 11 mil millones y 45 mil millones de dólares, que en algún momento de 2024 deberán cancelarse.

La economía pasa factura: la inflación de agosto y septiembre superó el 12% mensual, y la suba de precios se aceleró en las últimas semanas.

¡Ay el dólar!

Massa dice que el año próximo sobrarán divisas por las ventas externas de granos, de minerales y de energía.

Por las dudas, ya abrió una negociación con Qatar -que ayudó recientemente para el pago de una de las cuotas al FMI- para tener dólares frescos y afrontar la demanda que sobrevendrá en pocas semanas.

El ministro-candidato no habla de la inflación ni de los grandes problemas de la macroeconomía, ni cómo encarará los desajustes producidos en su gestión que ayer cumplió 15 meses.

Massa es una incógnita sobre qué hará para resolver la inflación y la pesada herencia macroeconómica que generó.

“No estoy de acuerdo con su propuesta, pero a veces pienso que debería ganar para ver cómo encara la solución de la grave herencia que generó”, confiesa un empresario cordobés que milita en la oposición.

Señales para la economía

Familias y empresas tampoco ven señales claras por parte de Javier Milei, en especial, a partir del acuerdo con Mauricio Macri, quien asumió un rol de liderazgo en su campaña.

El líder de La Libertad Avanza se vio obligado a ratificar que llevará adelante la dolarización de la economía y el cierre del Banco Central, ante las dudas generadas por el protagonismo del macrismo.

Tampoco hay señales concretas sobre cómo los asesores de Milei llevarán adelante la dolarización y el cierre del Banco Central.

Tan dañinas como esas inexactitudes siguen siendo las declaraciones de algunos de sus exponentes sobre el comercio de granos, la portación de armas, el matrimonio igualitario y el ataque a la figura del Papa.

Massa aprovecha esas debilidades para hundir el dedo en las llagas, mientras coloca en un segundo plano al kirchnerismo, que milita -con bajo perfil- la adhesión a la Venezuela de Nicolás Maduro, el antiimperialismo de Hamas y el estatismo prebendario de ciertas fracciones gremiales.

El verdadero programa del presidente electo comenzará a revelarse a partir del 11 de diciembre.
Mientras, la economía seguirá pasando factura con base en los estímulos que reciben individuos y empresas.

Juan Turello

Periodista. Escribe en Turello.com.ar y participa en Los Turello (Canal C, Córdoba). Columnista económico en el diario La Voz del Interior y en el programa "Pura Verdad" (Radio Pulxo, 95.1). Realizó coberturas en el país y en el exterior. Jugó al fútbol; ahora practica golf.