Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Con su estilo frontal, la presidenta Cristina Kirchner quebró el ambiente distendido del Consejo del Salario en la casi medianoche del lunes último. Más allá del anuncio del aumento del mínimo, sacudió a los presentes con la denuncia de que terminales y concesionarias están “encanutando” los autos a la espera de una suba de precios.
En realidad, lo que está detrás del problema es la falta de dólares que desata una fuerte pulseada entre el Gobierno y los fabricantes. Veamos.
1. Las terminales argentinas deben a sus casas matrices y a las plantas instaladas en Brasil 2.500 millones de dólares. Éstas les exigen a sus pares en la Argentina que antes de seguir enviándoles más vehículos, que paguen la deuda.
■ Resultado: se están agotando los stocks de los modelos fabricados en Brasil. Esta situación afecta a varias marcas, pero en especial, por caso, a los modelos Duster, Sandero y Logan de Renault. Las importaciones desde Brasil cayeron 36% en agosto.
❝El Gobierno nos vende los dólares, pero aplicando el famoso 1×1 de (Guillermo) Moreno, es decir, que por cada dólar importado debemos exportar un dólar; de lo contrario, nos manda que los compremos a través de ‘contado con liqui’❞, explican en las terminales.
Esa operación consiste comprar con pesos bonos en dólares y luego venderlos a cambio de los billetes físicos. Ayer, el dólar de «contado con liqui» valía 12,90 pesos, mientras que el dólar oficial cerró a 8,42 pesos. La diferencia –del 53,2 por ciento- debe ser afrontada, en este caso, por los fabricantes de automóviles, lo que encarece el precio de los vehículos importados.
■ Resultado: sin la venta de dólares oficiales, las terminales no traen los modelos importados, ya que el costo se dispara por encima del 50%. Además, la deuda ya alcanza a 2.500 millones de dólares.
La situación se complicará aún más hacia fin de año, por la escasez de dólares en las arcas del Banco Central. Las deudas por importaciones no canceladas alcanzan a 4.000 millones de dólares. Proveedores del exterior ya exigen el pago al contado para el despacho de insumos, que a su vez sirven para elaborar más del 70 por ciento de los productos importados.
Tiene razón la Presidenta cuando dice que las concesionarias desalientan la compra a través del Procreauto. Los locales reconocen, por su parte, que ese plan les provoca numerosos gastos administrativos y que la ganancia es mínima.
Tienen razón las concesionarias cuando afirman que ❝no estamos encanutando los autos❞, ya que el negocio es la rotación de vehículos y existen muy pocos locales que tienen las espaldas financieras de retener una gran cantidad de vehículos a la espera de otra “devaluación de enero”, en relación a la fuerte depreciación del 22 y 23 de enero.