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Por Claudio Fantini. “¿Are you forget our threat? This is the just terror”. La escalofriante pregunta de si “¿han olvidado nuestra amenaza”, y la afirmación de “esto es sólo terror”, precedió al estallido en el Manchester Arena. Sin embargo, parecía responder a la pregunta que retumbó tras la masacre: ¿por qué eligieron como blanco a las niñas? La respuesta: porque se trata del terror verdadero, y éste ataca donde menos se lo espera y más duele. Allí donde es inimaginable que alguien quiera provocar un daño.
¿Por qué sorprende la crueldad y el accionar indiscriminado, cuando se trata de un ente –el estado islámico (EI) o ISIS- que se hizo conocer mostrando decapitaciones?
El objetivo es que el enemigo no pueda sentir alivio ni seguridad en ningún momento y en ningún lado. Y en el caso de las potencias de Occidente, en las que rige el Estado de Derecho y la sociedad abierta, el mensaje que con sangre comenzó a escribir Al Qaeda y continuó escribiendo ISIS, advierte que los ciudadanos perderán libertades, derechos y garantías.
El objetivo de toda fuerza oscurantista que propone mediante el exterminio la distopía regresiva de volver al Medioevo, que la sociedad abierta se cierre y que el Estado de Derecho se convierta en un Estado policial como los totalitarismos y las teocracias.
El mensaje que pretenden los atentados es que los ciudadanos perderán el derecho a transitar y a conglomerarse en plazas, parques, estadios y demás espacios públicos.
El mensaje que dejaron las masacres en la rambla de Niza, en la feria navideña de Berlín, en los cafés parisinos, en el Teatro Bataclán, en un puente londinense sobre el Támesis, en la madrileña estación de Atocha y en el estadio de Manchester, entre tantos otros lugares, es que los europeos perderán, incluso, el derecho a transitar y a conglomerarse en plazas, parques, estadios y demás espacios públicos.
El objetivo inicial de los fundamentalistas se limitaba a reemplazar por teocracias mahometanas los estados seculares, que poblaron el mundo musulmán desde el período de descolonización.
Osama Bin Laden globaliza la yihad islámica, con la meta de reemplazar al panarabismo por el plan de construir un Estado islamista de las dimensiones que tuvo el más grande de los estados mahometanos, que fue el Imperio Turco Otomano.
Con ISIS, la meta pasó a ser la extinción del Estado de Derecho y la sociedad abierta y plural en toda la faz del planeta.
Para alcanzar esa meta, todas las personas son blancos válidos, incluso las niñas que cantan con Ariana Grande.