Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en relación con las guerras y los cambios tecnológicos y geopolíticos. No obstante, las novedades en otros países impactan en la economía local, señala mi nota en La Voz.
Brasil -el principal socio comercial de nuestro país- soporta desde hace semanas una crisis cambiaria a partir del fuerte déficit fiscal de la gestión de Lula Da Silva. El real se devalúa frente al dólar.
Además, por cosechas récord, caen el precio de la soja y de sus derivados y el futuro gobierno de Donal Trump anticipa una economía más cerrada. Repasemos.
Por Juan Turello. Quedan cinco semanas para la elección del 27 de octubre. Serán difíciles para trabajadores y empresarios, quienes desearían que los comicios fueran este domingo para concluir con la incertidumbre que desató el 11 de agosto.
Un presidente en ejercicio que no puede evitar el derrumbe y un virtual mandatario electo (Alberto Fernández) que no da pistas consistentes sobre cómo hará para revertir una crisis que repite los síntomas de la que heredó Mauricio Macri hace cuatro años, señala mi nota en La Voz. ¿Qué se puede esperar de la actual gestión y de la que podría encarar el candidato del Frente de Todos?
Por Juan Turello. Córdoba vivió la semana pasada el impacto de la globalización en sus calles, por un acampe contra el hambre en una de las avenidas más transitada de la capital cordobesa, y la protesta contra la llegada de Uber. El reclamo de la emergencia alimentaria –con un acampe en una de las avenida más transitadas de la capital cordobesa- está ligado a un fenómeno global, más allá de que los errores del gobierno de Mauricio Macri sumergieron a millones de argentinos en la pobreza, según mi nota en La Voz.
Repasemos de qué se trata.
Por Juan Turello. La Argentina retrocedió unos pasos del abismo al que se enfrentaba en la semana que pasó. El control de cambios, que provoca daños colaterales aún inmensurables, logró estabilizar el dólar, redujo el riesgo país y mejoró las cotizaciones de bonos y acciones. Pero la sangría de dólares de las entidades financieras continúa, tras la salida de 7.596 millones de dólares, según datos del Banco Central, señala mi nota en La Voz.
Por Juan Turello. La Argentina parece tentada a caminar al borde del abismo en su política económica.
Más allá de la corrección que decidió Standard & Poor’s, que retiró la calificación de “default selectivo” que había impuesto al país 24 horas antes, para la mayoría de las calificadoras se han vuelto a repetir errores históricos.
La deuda se originó durante años en los llamados “déficits gemelos” –fiscal y de cuenta corriente- que, en términos simples, significan que el Estado siempre gasta más que sus ingresos y que el país necesita más dólares de los que produce. No hay deuda que pueda contener ambos rojos y, cíclicamente, la Argentina cae en default para reprogramar sus vencimientos y beneficiarse de una quita de capital y de intereses.
Víctor Aramburu, especialista en impuestos de la consultora Deloitte, estuvo en Los Turello. El especialista analizó los cambios aplicados para los asalariados, monotributistas y autónomos, así como los planes de facilidades de pago otorgados por la AFIP para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), que forman parte del paquete de medidas del Gobierno nacional. Leer +
Por Juan Turello. El mes de julio ya queda demasiado lejos dada la intensidad con que se viven los días en la Argentina. Ese mes trajo buenas noticias en la economía, que quedaron destrozadas con el resultado de las primarias. La inflación minorista fue de 2,2% y la mayorista, de sólo 0,1%. Hubo superávit fiscal y continuó siendo favorable la balanza del comercio exterior, que en siete meses arroja un superávit de 6.540 millones de dólares. En el año, superaría los 12 mil millones, según la consultora Ecolatina, señala mi nota en La Voz.
Pero ese mes, al igual que el primer semestre, esconde la razón del “voto bronca” que recibió Mauricio Macri en la elección del 11 de agosto. La actividad económica siguió en caída. En los primeros seis meses retrocedió 2,4% .
Por Juan Turello. Los argentinos suspiraron con la llegada de un fin de semana largo. Acabaron de vivir los días más turbulentos de la gestión de Mauricio Macri, tras un resultado impactante de las elecciones primarias. La mayoría de las encuestas anticipaba un triunfo de Alberto Fernández, pero la contundencia de 15 puntos de diferencia –casi 3,8 millones de votos sobre Macri- provocó un terremoto en la política y en la economía.
Nadie sabe con certeza cuándo y cómo finalizarán las réplicas de ese cimbronazo, más allá del alivio en el valor del dólar del jueves y viernes últimos, señala mi nota en La Voz.
Por Claudio Fantini. Los twitts y mensajes de Jair Bolsonaro constituyen un estropicio diplomático que evidencia negligencia política, además de falta de equilibrio para ocupar el cargo de presidente de Brasil. Se trata de un desquicio diplomático porque implica injerencia de un gobernante en los asuntos internos de otro país, en este caso el de la Argentina en relación con su candidato más votado, Alberto Fernández.
Por Juan Turello. Hubo pocas coincidencias sobre la economía en la campaña que acaba de concluir. La incertidumbre sobre este tema será el rasgo dominante hasta el 27 de octubre, en la primera vuelta de la elección a presidente, señala mi nota en La Voz.
El Gobierno defendió tímidamente lo realizado para salir de la crisis desatada el 24 de abril de 2018, cuando un informe de la banca de inversión JP Morgan reveló que la Argentina no tendría los recursos para pagar la deuda que contraía para financiar el déficit fiscal. El gradualismo estalló por los aires. La gestión de Mauricio Macri comprendió que sólo si prometía “déficit cero” podría tener la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), que arriesgó capital político y técnico con un préstamo de 57 mil millones de dólares.
Por Juan Turello. El nombre suena más al de fantasía de un medicamento que al de una inversión. Las Leliq (Letras de liquidez) son eso: una inversión o si se quiere una apuesta financiera para obtener un rendimiento superior al de la inflación, señala mi nota en La Voz. Alberto Fernández introdujo este nombre en una campaña anodina y logró sacudir el tablero político. Repasemos.