Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Juan Turello. Los principales sectores están tratando de encontrar una señal de cómo saldrá la economía del estancamiento y qué sucederá con las principales variables: inflación, dólar, fondos buitre (atado al crédito que pueda tomar la Argentina), señala el comienzo de mi nota en La Voz del Interior.
El flamante presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Adrián Kaufmann Brea (Arcor) insistió en que “la industria no creció desde 2011 y no se generó empleo”. Lo acompañan Miguel Acevedo (AGD), vicepresidente PYMI, y Ercole Felippa (Manfrey-UIC) como Prosecretario 1°, quien advirtió: “Lo de Brasil nos pega fuerte”. Un dólar de cada seis que ingresa a Córdoba viene del vecino país. Casi el 87% de las manufacturas de origen industrial (MOI) se dirige al principal socio de la Argentina.
“Brasil nos pega fuerte”, sostiene Ercole Felippa, flamante prosecretario de la UIA. Casi 87% de las manufacturas industriales exportadas van a Brasil, que –con precios más baratos- compraría menos.
Con una devaluación del real del 60% en el año (el viernes cerró a 3,97 por dólar), “los productos argentinos serán caros frente a los brasileños”, completó Felippa.
Hasta la industria del turismo interno está preocupada. Los precios allí son más baratos, ante un sector que ya ajustó los precios del próximo verano en 25%.
Mario Buttigliengo (CAC) reconoce que la construcción tiene la cabeza fuera del agua por la obra pública en un año electoral. “Esperamos que siga en 2016 y se construyan las viviendas que prometen”, dijo.
El comercio se recuperó en los últimos meses por el cierre de las paritarias, la suba en los subsidios y el uso intensivo de las tarjetas con pagos en 12 ó 20 cuotas fijas.
Daniel Scioli les prometió a empresarios cordobeses que pondrá énfasis en la infraestructura, que prevé construir 25 mil viviendas en esta provincia y que llegarán inversiones por 30 mil millones de dólares anuales. “La impresión general es que hizo grandes anuncios, pero dio muy pocas precisiones sobre cómo lo hará”, evaluaron sus interlocutores. El candidato kirchnerista comió poco y dejó hablar de los planes de infraestructura a Diego Bossio (¿futuro ministro de esa área?). También estuvo Sergio Urribarri, gobernador de Entre Ríos, quien se haría cargo de la cartera de Interior.
Martín Amengual (Fundación Mediterránea) les recordó que si no se generan ocho millones de empleos formales, será imposible que los actuales siete millones del sector privado pueden sostener a 40 millones de argentinos.
Sergio Massa incorporó como figuras destacadas a José Manuel de la Sota, en lo político, y al ex ministro Roberto Lavagna, quien expone su experiencia para dominar la actual tormenta. “Hay que eliminar Ganancias para los asalariados y las Pyme, y tener como vectores del crecimiento a la construcción de viviendas y al agro, que debe producir 150 millones de toneladas anuales”. Y de paso le pegó a la “Alianza II”, la del PRO, UCR y Coalición Cívica.
Mauricio Macri, aún golpeado por el “efecto Niembro”, enviará sus voceros a Córdoba el próximo miércoles para hablar de la confianza que generaría su llegada al Gobierno. La delegación será encabezada por Marcos Peña e Iván Petrella.
Quedan cuatro semanas de campaña. Una eternidad para la política argentina, pero el tiempo necesario para que los candidatos expliquen con claridad cómo harán para cumplir sus anuncios espectaculares a trabajadores y empresarios preocupados sobre qué sucederá.