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Por Eugenio Gimeno Balaguer. Hoy, es imperioso buscar en donde no hay camino trazado y hacer nuevo camino o rehacer el existente, dejando la propia huella. La re-ingeniería que nunca hicimos debemos hacerla a la fuerza, pero hay que “hacerla bien”, con un re-diseño fundamental y mejoras sustantivas. No podemos racionalizar para en definitiva dejar todo como está.
Lo fundamental implica transformación intensa, en un plazo muy corto, de la estructura anterior. No sirve prolongar en el tiempo la toma de decisiones; los cambios diseñados y los procesos elegidos hay que enfocarlos en un todo y no de modo parcial o aislado.
Una vez más, el trabajo del líder es la clave y la orientación estratégica su instrumento.
El enfoque práctico para “salvar lo salvable” y la mejora de la capacidad competitiva deberían ser los resultados de un esfuerzo creativo de toda la organización.
Esto dará una nueva forma a la “huella”, y con ello mejores resultados, pero para que ésta quede marcada, será necesario el impulso decidido y la colaboración de todos los implicados.
El foco de la “re-huella” debería estar en incrementar el valor percibido en la gestión estatal por los ciudadanos y por los clientes en la gestión empresarial.
El foco de la “re-huella” debería estar en incrementar el valor percibido por los ciudadanos en la gestión estatal y por los clientes en la gestión empresarial, centrando los esfuerzos en los nuevos “atractores” o en resaltar aspectos que antes no se veían bien en los que ya teníamos.
El contexto actual reduce el campo donde “re-huellar”. Los escenarios son muy competitivos por lo que determinar las áreas de actividad y de negocios críticas pasa a ser una de las funciones que permitirá potenciar los escasos recursos y aprovechar la propia experiencia de la empresa y de la gente. Las políticas del Estado tienen que ayudar en esta búsqueda.
En suma la “re-huella” tiene que establecer y “vender” una diferencia, si no fuera así es posible, que aparezca la confusión en la ciudadanía y en lo privado que los días de muchas empresas estén contados porque a la mayoría no le interesa transitar “caminos donde las huellas no se distinguen, ni diferencian”, porque posiblemente no lleven a ninguna parte, o llevan a lugares que ya transitamos y que no queremos regresar.