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Por Claudio Fantini. La espiral de rebelión popular y violencia represiva, que muestra los síntomas de descomposición del poder chavista, es la consecuencia de que la “ineptocracia” que encabeza Nicolás Maduro efectuó una vasectomía legislativa y una castración electoral. ¿De qué se trata? Repasemos la situación en Venezuela.
En el cuerpo humano, la vasectomía es la intervención quirúrgica que bloquea los conductos deferentes, impidiendo que los espermatozoides puedan salir de los testículos y fecundar. El otro medio de clausurar la fertilidad, es la castración. La diferencia es que la primera no impide la vida sexual del hombre, sino que la vuelve infecunda, en cambio la segunda bloquea totalmente la actividad sexual.
Al proscribir a la oposición, la «ineptocracia», que encabeza Maduro, dejó a Venezuela al borde de la guerra civil.
Mientras el pueblo padece las calamidades que provocan sequías bíblicas o guerras devastadoras, sin que se haya producido ni una sequía ni una guerra en el país que flota sobre petróleo, ese régimen -caracterizado por la ineptitud, la corrupción y el autoritarismo- practicó la vasectomía que dejó al Poder Legislativo sin facultad de legislar. Los diputados pueden ir a la Asamblea Nacional, sentarse en sus bancas, debatir y promulgar leyes, pero el ducto que las pone en vigencia está anulado, por lo tanto esas leyes no regirán.
La Asamblea Nacional está abierta, pero los legisladores no pueden dictar leyes ni cobrar sus sueldos. La esterilización legislativa fue la respuesta del régimen al resultado de la última elección, en la que la oposición se impuso abrumadoramente, alcanzando una contundente mayoría en el Congreso. Por eso, el chavismo también castró electoralmente a la disidencia.
Suprimió el calendario electoral del año pasado al impedir los comicios para gobernadores y alcaldes, mientras impedía el referéndum revocatorio para el cual se habían cumplimentado todos los pasos establecidos en la Constitución. Y para completar la castración, proscribió a Henrique Capriles. En rigor, más que una castración, lo que hizo Maduro fue una emasculación, lo que en el cuerpo masculino implica la ablación de todos los órganos genitales.
Si Capriles no puede ser candidato y tampoco pueden serlo Leopoldo López y María Corina Machado, a la oposición la dejaron sin sus principales exponentes. A diferencia del líder opositor encarcelado (Leopoldo López) y de Machado, el gobernador del Estado de Miranda había apostado siempre por la vía institucional. En la disidencia, hasta se acusaba a Capriles de traidor, por aferrarse a la letra constitucional y rechazar la vía directa en la lucha contra el régimen.
Proscribiéndolo, la “ineptocracia” de Maduro completó el proceso que deja a Venezuela en la cornisa de la guerra civil.