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La industria automotriz argentina sigue encerrada en una rara paradoja: en nueve meses produjo menos autos que en igual período de 2015, pero vendió más vehículos a las concesionarias (importados).
La Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA) lo patentizó ayer en el resumen mensual. Las terminales entregaron a las concesionarias casi 210 mil vehículos nacionales. Sin embargo, el total de ventas llegó a 530 mil, es decir que unos 320 mil (el 60%) fueron ensamblados en terceros países.
Los voceros de las terminales radicadas en Córdoba –Renault, Fiat y Volkswagen- admiten que sus proyectos arrancarán recién en el segundo semestre de 2017, incluidos los nuevos modelos de Fiat y las tres pick ups que se ensamblarán en Santa Isabel: Nissan Frontier, Mercedes Benz y Renault Alaskan. El empleo debe esperar.
El actual esquema comercial favorece a los vehículos más pequeños (se fabrican en gran parte en Brasil) y a los de gama media y alta (se producen en distintas ensambladoras globales). La que pierde es la industria nacional que lleva 13 meses de caída en su producción, incluido septiembre.
En los nueve primeros meses del año, la producción cayó 14% (347.895 unidades), se exportaron sólo 135.716 vehículos, con una baja de 29%. Pero en ventas los balances no son malos: la entrega de vehículos nacionales a concesionarias totalizó 209.897 autos y utilitarios, 1,5% más que los nueve primeros meses del año anterior. Sumados los nacionales y los importados, las ventas de las terminales a los concesionarias totalizaron 530.650 vehículos, 18% más que en 2015.
La diferencia de producción entre el año pasado y la de 2016 radica en la exportación, en especial la que se destina a Brasil, que absorbe el 74% de las ventas externas (tres de cada cuatro unidades exportadas). El segundo mercado es México (8%). La producción cayó en nueve meses en 56.559 vehículos; las exportaciones en 55.922.
El impacto negativo se siente en las terminales: Fiat limitó su producción al mínimo; Renault eliminó un turno y Volkswagen mantiene las suspensiones en la producción de las cajas de cambio que se destinan a Brasil.
El mal indicador de las ventas externas se reflejó en los datos de comercio exterior de Córdoba, que redujo en 2,3% el monto en dólares. Las manufacturas industriales (MOI) se llevaron la peor perfomance.