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Por Eugenio Gimeno Balguer. Hace años que se habla de la complejidad en el mundo y en la empresa. En este contexto, las características para conducir una organización son cada vez más exigentes. Por caso, en Barcelona, pude constatar que las búsquedas dirigidas a los máximos ejecutivos demandaban un perfil “completo”. Este último, combinaba la personalidad de un emprendedor que lidere, de un administrador que organice y de un operador que realice las tareas
Las tres personalidades del perfil «completo»
● Ser un Emprendedor: haciendo que cualquier situación, por trivial que resulte, se convierta en una excepcional oportunidad.
El emprendedor es el visionario, el soñador. La persona que, con su imaginación, enciende el fuego del futuro y provoca el cambio. Vive en el futuro, siempre actuando frente a lo desconocido y creando las probabilidades a partir de las posibilidades. Su trabajo es preguntarse, imaginar y soñar… no en el pasado, sino en el futuro.
● Ser un Administrador: pragmático. El administrador vive «la realidad» y necesita lógica; a diferencia del emprendedor, que necesita creatividad. Allí donde el emprendedor desea el cambio, el administrador mantiene el status-quo. Allí donde el emprendedor ve «oportunidades»… el administrador ve «problemas» y pone en orden las cosas.
● Ser un Operador: concentrándose en una tarea a la vez sin abandonarla hasta finalizarla. Es un hacedor. «Si quieres que algo se haga, debes hacerlo». Vivir en el día-a-día son las consignas del hacedor. Por ello, trabaja de forma regular y sólo se siente completamente productivo cuando logra controlar el «flujo de trabajo».
La clave
La clave es lograr el equilibrio en la coexistencia de estas tres personalidades, ofreciéndose mutuamente oportunidades, libertades y lo que cada uno necesita para crecer. Aunque parece difícil con esta alquimia hay mayores oportunidades de alcanzar el éxito.