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Por Emiliano Nicola (Periodista, ex Prosecretario General de La Voz del Interior). Hace años que el Gobierno nacional nos viene martillando la cabeza con frases hechas para ocultar la realidad; desde “inclusión” hasta “década ganada”, “todos y todas”…
… y un sinfín de eslóganes que han tratado de convencernos de que los argentinos vivimos en el mejor de los mundos y que los sufridos habitantes de países vecinos o lejanos tendrían que aprender de nosotros para tener un estándar de vida superior.
Esa desenfadada catarata publicitaria cristalizó en estos días cuando se anunció pomposamente una “corrección al deslizamiento de tarifas” de los servicios de gas y electricidad, eufemismo que se traduce en la quita gradual de los subsidios, con los que graciosamente el Gobierno nacional nos obsequiaba. Esto, después del expolio que significa mantener irrisorios pisos de los impuestos a las Ganancias y sobre los Bienes Personales.
Es decir, lo que nos saca con una mano nos devolvía, en migajas, con la otra, practicando un mecanismo perverso oculto bajo otro eufemismo: “equidad”.
En breve, según el anuncio oficial, esas migajas irán desapareciendo en forma paulatina y quienes engrosamos la clase media, pagaremos hasta 200% más en el gas natural, según los cálculos más optimistas.
¿Tarifazo o ajuste?, lo mismo da. Lo cierto es que habrá que corregir el presupuesto familiar, olvidarse de esas compras superfluas que “incentivan el consumo” a las que son tan afectos los voceros del Gobierno y prepararse para un invierno en el que nos obligarán a vivir con frío y a oscuras.
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