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Por Sergio Mabres. En los inicios de Internet se publicaban sólo textos y fotos. Eran los 90 y los tiempo del navegador Netscape. Unos años después llegó el sonido y las radios pusieron sus trasmisiones en línea. Por caso, LV3 (de Córdoba) transmite desde el 10 diciembre del 2000. Eran los tiempos del navegador Firefox y nacía en Inglaterra el sitio Last.fm.
A través de Last.fm se podía elegir y escuchar música pero luego de un tiempo era imposible reproducir lo que deseábamos. Para ello, había que pagar un pequeño precio, mientras que en el servicio gratuito sólo podíamos escuchar recomendaciones (temas del mismo género, del mismo artista o simplemente parecida), y es así como funcionan hasta hoy los servicios de recomendación de música.
En 2008, época del navegador Chrome, unos emprendedores suecos lanzaron Spotify, otro servicio de recomendación de música que, a diferencia de los anteriores, brinda sugerencias ‘quirúrgicas’ sobre una cantidad inmensa de temas. En dos años consiguió 10 millones de usuarios registrados y hace poco celebró su primer aniversario en Argentina, con 711 millones de reproducciones.
En la actualidad millones de usuarios, especialmente jóvenes, utilizan Spotify para crear listas de sus canciones favoritas desde su PC (versión desktop) o desde la aplicación para celulares (versión mobile): iPhone, Android, BlackBerry y Windows Phone, sin ocupar espacio en la memoria del dispositivo.
En la modalidad gratuita de Spotify se puede escuchar diversos temas de los géneros musicales que nos gustan, como si fuese una radio, pero con pequeñas interrupciones publicitarias. En la modalidad paga (Spotify Premium: 10 dólares por mes) la calidad es mayor, no hay interrupciones ni anuncios, y se puede reproducir música las veces que queramos, incluso desconectados de Internet.■