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Por Gastón Utrera.
En las últimas semanas, tres premios Nobel de Economía han opinado sobre la Argentina, en particular sobre las políticas económicas con que se salió de la crisis de 2001- 2002 y las enseñanzas que se desprenden al momento de pensar en soluciones para la actual crisis europea. Ellos son Paul Krugman, Joseph Stiglitz y Edmund Phelps, estos dos últimos de visita en nuestro país la semana pasada.
Con relación a la crisis en el Viejo Continente, Phelps planteó que la medicina apropiada es el ajuste fiscal, mientras que Krugman y Stiglitz afirmaron, como vienen haciéndolo desde hace mucho tiempo, que el ajuste fiscal no hace más que profundizar una depresión como la que está sufriendo la Unión Europea, tal como ocurrió en 2001 en la Argentina.
Sin dudas, creo que en este punto Krugman y Stiglitz tienen razón. En medio de fuertes recesiones, los gobiernos que intentan reducir sus déficits fiscales con recortes de gastos y/o aumentos de impuestos, no hacen más que profundizar la caída de la actividad económica. Esto, a su vez, provoca una baja en la recaudación impositiva y los gobiernos incurren en déficit fiscales similares a los que tenían antes de las medidas de ajuste, pero luego de haber profundizado la recesión y el desempleo. Es una especie de espiral descendente de la cual es difícil salir, como le ha ocurrido a Grecia en estos últimos cuatro años, y como le sucedió a la Argentina durante los años 2000 y 2001.
Las opiniones sobre la Argentina, en cambio, presentan varios matices.
Para leer en forma completa mi análisis sobre lo que opinan estos economistas, hace clic aquí.