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Por Juan Turello. En mi nota de ayer en La Voz del Interior, comienzo por recordar que la fuerte suba del dólar «blue» no se detuvo en los últimos 12 meses. La proclamación del argentino más influyente en la historia de la humanidad –el papa Francisco– apenas la había colocado en un segundo plano.
En un año, el valor del dólar marginal (8,48 pesos el viernes 22/03) aumentó casi 70 por ciento. No hay inversión financiera o en la economía real que haya logrado semejante tasa de retorno. Un ejemplo: el que ahorró en la moneda norteamericana, hoy puede comprar un auto importado a un precio en dólares más barato incluso que en su casa de origen.
“El precio del dólar está dado por el cepo cambiario, que genera inseguridad, en un contexto de alta inflación, por lo que la gente busca una moneda que le permita cuidar sus ahorros o bienes”, reflexionó un reconocido operador del mercado de cambios de Córdoba.
El dólar «blue» influye en la operación conocida como “contado con liquidación”, que implica la compra de bonos argentinos emitidos en dólares, pero que se adquieren en pesos en la Argentina. Luego, el comprador los vende en Estados Unidos y deposita los dólares en una cuenta en el extranjero. Es la operatoria que estaban usando las empresas para disfrazar la remisión de utilidades y el pago de patentes, y que actúa también como referencia para las del mercado paralelo. El dólar que se paga en “contado con liqui” es más alto porque se cargan allí las comisiones de compra y venta, más otros gastos, pero en líneas generales oscila en una franja muy parecida al del «blue» .
¿Por qué se produjo el salto de los últimos días? Por varias razones, pero influyó la decisión de la AFIP de elevar al 20% el pago con tarjetas de los pasajes, paquetes turísticos y compras en el exterior. Además, las empresas incrementaron las operaciones ya mencionadas ante el temor de que se aumentaran las restricciones, limitación que se estableció el viernes.
Por lo tanto y al contrario de lo que afirman algunos voceros oficiales, el valor del «blue» influye en la actividad económica. Una posición en contrario expresó, por caso, Roberto Feletti (@RobertoFeletti), titular de la Comisión de Presupuesto de Diputados y aspirante a conducir el Banco Central de la mano de Guillermo Moreno.
Quien tiene dólares no está operando en la construcción, ya que espera que el verde billete siga subiendo y, por lo tanto, pueda adquirir el inmueble a un menor precio. Y el que vende quiere dólares para cuidar sus ahorros. Resultado: cayó 2,2 por ciento en 2012 y las únicas operaciones que se recuperaron este año fueron las ventas con financiamiento o de cocheras, que es otra inversión.
La cultura inflacionaria influye para que los precios se ajusten por el dólar «blue», aun cuando los insumos se fabriquen en el país. Es lo que le sucede a la industria, que exporta a un dólar oficial (5,12 pesos), compra insumos cotizados al blue y con una inflación en sus costos fijos (incluidos salarios) del 25 por ciento. La Unión Industrial de Córdoba (UIC) emitió el más duro documento desde el Coloquio de agosto último, que le costó un enfrentamiento con las autoridades nacionales. “Se deben buscar acuerdos tendientes a sostener el poder adquisitivo del salarios, pero al mismo tiempo velar por la competitividad y sustentabilidad de las empresas”, advirtió. En pocas palabras, las fábricas cerrarán (y se perderán empleos) si no son rentables. La actividad cayó 4,4 por ciento en febrero, según admitió el Indec.
Por último, la cosecha de soja (11 millones de toneladas más que en el ciclo anterior) sólo será rentable para los propietarios de los campos. Los pequeños y medianos productores que arrendaron perderán dinero, calcula un informe de Néstor Roulet, ex vicepresidente de CRA.
El verdadero problema es la falta de un plan antiinflacionario, que no se suple con medidas aisladas y menos con un equipo económico con concepciones diferentes para afrontar los problemas que presenta hoy la coyuntura.