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Por Gastón Utrera (Economista, titular de la consultora Economic Trends SA). Los diálogos de Cristina Kirchner en Georgetown y Harvard dejaron varias aristas para el análisis. Un aspecto relevante es la paradoja que planteó: “Si la inflación es del 25%, ¿por qué la economía no estalla?”, cuestionó.
Para comprenderlo distingamos cuatro situaciones diferentes:
Situación 1. Precios, salarios y tipo de cambio suben al 25%. La economía funciona con inflación alta pero no “estalla”, ya que no se producen desequilibrios macroeconómicos. Ejemplo: lo queocurrió hasta mitad de 2011 (el tipo de cambio crecía menos que los precios, pero socios comerciales como Brasil bajaban su tipo de cambio y, por lo tanto, nos permitían “devaluar sin devaluar”).
Situación 2. Precios y salarios suben al 25%, pero el tipo de cambio queda rezagado (y nuestros socios comerciales ya no nos “hacen el favor” de apreciar sus monedas). La economía sigue funcionando sin estallar, con inflación alta, pero comienzan los problemas en la actividad económica por falta de competitividad. Ejemplo: lo que viene ocurriendo desde mediados de 2011.
Situación 3: Los precios suben al 25%, pero los salarios o el tipo de cambio quedan muy rezagados. La economía se frena por caída del consumo (por salarios atrasados) o por caída de la producción (por tipo de cambio atrasado). Si el desequilibrio es grande, puede “estallar” (como al final de “la Tablita” de José Alfredo Martínez de Hoz), o puede “estallar” más violentamente como consecuencia de ajustes bruscos por parte del Gobierno (como “el Rodrigazo”).
Situación 4: La inflación se descontrola, cuando se producen efectos explosivos como la desmonetización de la economía (todos nos sacamos de encima los pesos, y la inflación crece descontroladamente) y se licúan los ingresos públicos (porque la elevada inflación licúa el valor de la recaudación impositiva entre el momento en que se devengan los impuestos y el momento en que el Estado los cobra). Ejemplo: las hiperinflaciones de 1989 y 1990.
Hasta el año pasado estuvimos en la situación 1; desde entonces estamos en la situación 2; corremos riesgo de entrar a la situación 3; estamos lejos todavía de la situación 4.
Si querés escuchar un análisis sobre todo esto, clickeá enhttp://www.gastonutrera.com.ar/2012/10/columna-economica-en-bipolares-por-que.html para acceder a la Columna Económica realizada en el programa Bipolares (FM 96.1 de la ciudad de Córdoba), el lunes 01/10, en diálogo con Juan Turello. Leer +
Por Gastón Utrera (Economista y titular de Economic Trends SA). El martes 25/09 expuse en el almuerzo de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba en conmemoración del Día de la Industria.
Del monitor sectorial, sobresalen los siguientes puntos:
Aumentó el porcentaje que admite que habrá una reducción de la producción con relación a un año atrás (pasó de 23,3% en diciembre/11, a 69,9% este mes), del empleo (16,5% en diciembre, y 41,6% este mes) y en la rentabilidad (42,8% en diciembre último, a 79,6% este mes).
3.- De todos modos, de los cuatro factores que venían impactando negativamente en el sector metalúrgico cordobés, dos comenzaron a revertirse (las dificultades para abastecerse de insumos importados y el deterioro de la cadena de pagos) y otro todavía no empezó, pero seguramente lo hará en los próximos meses (la actividad económica brasileña). El cuarto factor,la pérdida de competitividad cambiaria contra Brasil, en cambio, continúa impactando negativamente.
4.- El 69% de los metalúrgicos cordobeses considera que el sector no es competitivo al tipo de cambio actual, y entre quienes tienen esta opinión, el promedio de tipo de cambio considerado competitivo es $ 5,86, casi 26% por encima del tipo de cambio oficial actual, brecha que se ha agrandado en las últimas mediciones.
También hablé sobre el riesgo de repetir la experiencia de 1999, luego de la devaluación brasileña, y del desafío de industrializar el país. La presentación completa en el siguiente link: http://www.gastonutrera.com.ar/2012/09/perspectivas-de-la-industria.html Leer +
Por Gastón Utrera (Economista y titular de la consultora Economic Trends SA). En la edición de hoy del diario El Cronista, la ministra de Industria de la Nación, Débora Giorgi, habla de la fuerte industrialización producida en Argentina desde 2003, refiriéndose al crecimiento que tuvo la producción industrial en estos años. Esta noche, en el acto oficial por el Día de la Industria, en Tecnópolis, seguramente la Presidenta seguramente realizará menciones similares, repitiendo el error de confundir crecimiento con industrialización.
Según la Real Academia Española, la industrialización es “la acción y el efecto de industrializar”, entonces industrializar significa “dar predominio a las industrias en la economía de un país”. Para hacer operativa esta definición deberíamos medir el “predominio” de la industria en la economía, lo que implica calcular el peso que la industria tiene y ha tenido en la producción total de la economía. Cuando hacemos esto, queda en evidencia que resulta difícil hablar de industrialización desde 2003 en adelante.
En efecto, utilizando los datos oficiales de la Dirección de Cuentas Nacionales, los mismos que utiliza la ministra Giorgi y que seguramente usará la Presidenta, se obtiene una participación industrial del 16,4% en 2003 y de 16,3% en 2011. Exactamente la misma participación o, en términos de la definición de la Real Academia Española, el mismo “predominio” de la industria en la economía.
Lo importante es que deberíamos estar debatiendo cuál es la mejor estrategia para industrializar el país, dado el fracaso que han mostrado los dos extremos, que se han sucedido en Argentina durante los últimos 80 años: las políticas proteccionistas de industrialización por sustitución de importaciones y la “no-política industrial” propia de los enfoques inclinados al no intervencionismo en los mercados. Lamentablemente, creo que este debate continúa en Argentina en torno a las mismas ideas que ya fracasaron en el desafío de industrializar el país.
Para profundizar el análisis de la industrialización de Argentina en los últimos años, clickeá aquí: http://www.gastonutrera.com.ar/2012/09/los-numeros-de-la-industrializacion.html Leer +
Esta es una pregunta que ronda en la cabeza de muchos: ¿por qué con tantos pesos en la calle no se dispara la inflación?
Sucede que cuando la economía crece, digamos 5%, la demanda de pesos tiende a aumentar en la misma proporción, ya que necesitamos más dinero para realizar más transacciones.
Si el Banco Central (BCRA) emite esa cantidad de dinero (la oferta de pesos aumenta 5%), no genera inflación, ya que la mayor oferta de pesos se absorbe por una mayor demanda. Si por el contrario, el BCRA aumenta la cantidad de dinero en más del 5%, generará inflación por la diferencia.
Veamos qué ocurrió en el último año. La actividad económica cayó 1%, con lo cual la demanda de pesos debería haber caído en una proporción similar. Pero la cantidad de pesos en circulación aumentó 35%. La inflación debería haber sido entonces del 36%, sin embargo, fue sólo del 24%, como muestra el gráfico en http://www.gastonutrera.com.ar/2012/08/por-que-con-una-emision-de-pesos-del-35.html
¿Y los otros 12 puntos porcentuales? Mi explicación es el “efecto billete de 100”, que postulé hace más de un año (leé más sobre este efecto en http://www.gastonutrera.com.ar/2011/07/queres-saber-cual-es-el-truco-para.html.
Pero ahora se suma un segundo efecto que aumenta la demanda de dinero y, por lo tanto, también reduce el impacto inflacionario de la emisión monetaria: la pesificación requiere más pesos dedicados a la realización de transacciones que antes se realizaban utilizando dólares, como las operaciones inmobiliarias.
Todo esto le da al Gobierno la posibilidad de financiar con emisión monetaria un gran déficit fiscal sin aumentar la inflación en torno de los niveles actuales, entre 23 y 25% anual. Y si de todos modos se produce un exceso de emisión, todavía es posible sacar de circulación parte de los pesos mediante la colocación de deuda del BCRA, instrumento que no utilizó durante el último año.
De esta forma, es difícil que se descontrole la inflación, aun cuando se produzca una fuerte emisión monetaria. Leer +
Mucho se está discutiendo acerca de las perspectivas económicas. Creo importantes tres claves para el segundo semestre:
Ha sido tal la caída en la actividad económica durante los primeros siete meses del año, que para cerrar 2012 con crecimiento económico, tendría que producirse una muy acelerada recuperación entre agosto y diciembre, a una velocidad mayor al 10% anual, algo muy poco probable.
Para más detalles sobre esta cuestión, mirá el siguiente artículo:
http://www.gastonutrera.com.ar/2012/08/como-puede-cerrar-la-actividad.html
La economía brasileña se recuperará, por varios motivos, pero no creo que sea suficiente para lograr una fuerte recuperación de la industria argentina. Es cierto que la expansión en Brasil es una buena noticia, pero no hay que olvidar que quedaremos con un tipo de cambio muy bajo, y esto perjudica a nuestra industria. El antecedente a tener en cuenta es lo que ocurrió entre 1998 y 2000: la industria brasileña se recuperó aceleradamente, pero la industria argentina quedó rezagada, producto del atraso cambiario que se generó como consecuencia de la devaluación brasileña de enero de 1999.
Para más detalles sobre esta cuestión, te sugiero el siguiente artículo:
http://www.gastonutrera.com.ar/2012/08/por-que-la-recuperacion-brasilena-no.html
A pesar de los temores de muchos analistas acerca de un descontrol inflacionario por las políticas expansivas en lo fiscal y , que el Gobierno nacional seguramente seguirá ejecutando, es poco probable que eso ocurra. En gran parte porque hay tres efectos monetarios que jugarán a favor del Gobierno, permitiéndole emitir gran cantidad de pesos sin generar un salto inflacionario:
1. la pesificación, aunque a mucha gente le parezca que genera lo contrario, aumenta la demanda de pesos para realizar transacciones que antes se realizaban con dólares;
2. la cada vez mayor proporción de billetes de 100 pesos con relación al resto de las denominaciones genera que, para tener en nuestros bolsillos cualquier cantidad de pesos, estemos obligados cada vez más a tener múltiplos de 100 (porque escasea el resto de los billetes), lo que puede generar una mayor “demanda” de pesos, aun cuando no querramos tener más pesos en los bolsillos; y
3. la escasa utilización que ha hecho el BCRA durante el último año del recurso de colocar deuda para retirar pesos del mercado, le brinda ahora la posibilidad de hacerlo, en caso de que termine emitiendo demasiado dinero.
Para más detalles sobre esta cuestión, leé el siguiente artículo:
http://www.gastonutrera.com.ar/2012/08/los-3-efectos-monetarios-que-favorecen.html Leer +
Por Gastón Utrera.
En las últimas semanas, tres premios Nobel de Economía han opinado sobre la Argentina, en particular sobre las políticas económicas con que se salió de la crisis de 2001- 2002 y las enseñanzas que se desprenden al momento de pensar en soluciones para la actual crisis europea. Ellos son Paul Krugman, Joseph Stiglitz y Edmund Phelps, estos dos últimos de visita en nuestro país la semana pasada.
Con relación a la crisis en el Viejo Continente, Phelps planteó que la medicina apropiada es el ajuste fiscal, mientras que Krugman y Stiglitz afirmaron, como vienen haciéndolo desde hace mucho tiempo, que el ajuste fiscal no hace más que profundizar una depresión como la que está sufriendo la Unión Europea, tal como ocurrió en 2001 en la Argentina.
Sin dudas, creo que en este punto Krugman y Stiglitz tienen razón. En medio de fuertes recesiones, los gobiernos que intentan reducir sus déficits fiscales con recortes de gastos y/o aumentos de impuestos, no hacen más que profundizar la caída de la actividad económica. Esto, a su vez, provoca una baja en la recaudación impositiva y los gobiernos incurren en déficit fiscales similares a los que tenían antes de las medidas de ajuste, pero luego de haber profundizado la recesión y el desempleo. Es una especie de espiral descendente de la cual es difícil salir, como le ha ocurrido a Grecia en estos últimos cuatro años, y como le sucedió a la Argentina durante los años 2000 y 2001.
Las opiniones sobre la Argentina, en cambio, presentan varios matices.
Para leer en forma completa mi análisis sobre lo que opinan estos economistas, hace clic aquí. Leer +
Por Gastón Utrera.
El Índice de Actividad Económica en Córdoba (IAEC), elaborado por la consultora Economic Trends, utilizando metodología validada internacionalmente, muestra una realidad que muchos economistas niegan: la economía no se está desacelerando (lo que significa reducir la velocidad, pero seguir creciendo), sino que está cayendo.