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Por Juan Turello. Las últimas imágenes previas al balotaje repiten lo que se vio en la primera vuelta, aunque con menor intensidad. Ciudadanos en los supermercados y en las estaciones de servicio, que intentaron resguardar el valor de su dinero, ante la incertidumbre electoral.
Las dudas sobre el resultado final son amplias, como sobre cuál será la reacción de la sociedad una vez conocido el nombre del futuro presidente, señala mi nota en La Voz. Sin embargo, es necesario que el mandatario electo pronuncie esta noche un mensaje tranquilizador en lo económico y en lo social, y que incluya políticamente a todos.
Una inflación incontrolable provocó una decadencia, que hoy se traduce en que el 42% de los argentinos vive en la pobreza, según el informe de octubre de la Universidad Torcuato Di Tella.
Por la escalada de precios, la cifra podría agudizarse en noviembre y en diciembre, lo que llevaría a que casi la mitad de la población no pueda costear una canasta básica de alimentos y de servicios.
Algo inexplicable en un país de cuantiosos recursos en alimentos, en energía (petróleo, gas, eólica y renovable), en minería (litio y oro) y en pesca, sólo para mencionar algunos de los más valiosos.
El financiamiento vía deuda externa hizo estallar la convertibilidad y derrumbó -a mitad de término- la gestión de Mauricio Macri.
El déficit del sector público se volvió incontrolable, en la historia más reciente.
Con las ventanillas internacionales cerradas, la administración de Alberto Fernández originó una deuda interna que supera en más del 50% el crédito de 43 mil millones de dólares que Macri tomó del Fondo Monetario Internacional (FMI).
¿Es factible volver a darle credibilidad al peso argentino? Dependerá de que la futura gestión deje de emitir para financiar un Estado que sigue creciendo en el número de empleados, en organismos y en funciones.
Un botón de muestra: el Gobierno impulsa ahora la creación del ¡Instituto Nacional de la Danza!
Las últimas leyes electoralistas que alentó el massismo -Previaje y reintegro del IVA-, además de los bonos a diestra y siniestra, no parecen señalar el camino de menos gasto por parte del sector público.
La separata del proyecto de Presupuesto 2024 supone un aumento en los impuestos, que luego serán pagados por el consumidor.
Massa prometió equilibrio fiscal (¿más impuestos para financiar más gasto?), mientras que Milei anticipa una motosierra que generará una gran convulsión en el Estado y en la calle.
No será una noche más. El discurso del presidente electo es clave para conocer sus primeras acciones, que deberían evitar una confrontación y una mayor degradación de la vida de los argentinos.
Los asesores de Massa anticipan que, en caso de ganar, las medidas se conocerán desde mañana. Consultoras y analistas prevén una devaluación controlada del peso y posibles acuerdos de precios, de difícil cumplimiento.
En caso de ganar Milei, la libre circulación del peso y del dólar, junto a la posibilidad de contratos en ambas monedas, será una realidad desde el 11 de diciembre. La dolarización llegaría después.
Las 10 consultoras y bancos que mejor acertaron en octubre las proyecciones en el relevamiento de expectativas de mercado (REM) del Banco Central, prevén para este mes una inflación de 11,9% y de 15,4% para diciembre.
Desafíos: la suba de precios rondaría el 200% en los próximos 12 meses; la economía caería 1,9% este año y 1,6% en 2024.
Quienquiera que sea el ganador del balotaje tendrá un desafío enorme para cerrar las heridas en la sociedad y para encarrilar las variables económicas. Esta noche, las palabras del mandatario electo serán importantes.
La deuda de la dirigencia política es tan grande que no habrá luna de miel entre el ganador y los ciudadanos. Las urgencias consumirán rápidamente los festejos de una noche inolvidable.