Hay cientos de historias de solidaridad que merecen ser contadas como cierre de 2016 y que generan expectativas positivas para el año que acaba de comenzar. En Los Turello, rescatamos una, que muestra el costado de los jóvenes que asumen la tarea solidaria desde su formación.
Guillermo Robles, abogado y abanderado de la Universidad Nacional de Córdoba, decidió devolver parte de la formación que recibió de sus padres y educadores en la tarea solidaria. Así nació Juntando Sonrisas, una ONG conformada por jóvenes y amigos que decidieron ir a barrios marginales para brindar apoyo escolar, entretenimiento y una comida más al día.
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Actualmente, la organización se dedica a alimentar los sueños de tres comedores en Villa Boedo, en la zona este de la ciudad de Córdoba. Allí, concurren más de 300 niños en busca de un plato de comida, pero también es un espacio para los juegos. “Los chicos esperan con ansias ese día para ir a jugar”, relata la madre de uno de los pequeños que descubre en el juego un espacio solidario.
¿Cómo lo hacen? Guillermo Robles asegura que ayudar y lograr un cambio en el entorno es posible, e invita a los demás a sumarse a la causa.
A continuación, la entrevista:
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