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Por Carlos Liberto (Conductor programa Golf Club). La llamada “copa del mundo” en golf (el Abierto Británico, o The Open, www.theopen.com), desarrollado en el difícil campo de Royal Lytham & Saint Annes, Lancashire, Inglaterra, tuvo un cierre impredecible hasta último momento.
Se jugó sobre links (tierras no fértiles ubicadas entre tierra firme y el mar), con un promedio de 11 bunkers por hoyo denominados pots, verdaderas trampas de arena ubicadas estratégicamente que pueden tener una profundidad de hasta dos metros, las cuales perjudicaron muchísimo a los jugadores de fuerte pegada.
El australiano Adam Scott, que había liderado la mayor parte del campeonato, se desplomó en los últimos cuatro hoyos, con sendos bogeys. Nada hacía suponer que Scott podía perder el campeonato, pero el sudafricano Ernie Els tuvo unos segundos nueve hoyos muy precisos, realizando cuatro birdies, embocando en el último un putter de unos tres metros.
Con un par en el hoyo 18, Scott podía acceder a un desempate. Sin embargo, su golpe de salida a un bunker con el drive hizo que se hiciera todo más difícil. Tuvo que jugar el segundo golpe a buena y un excelente tercer golpe desde las 150 yardas, le dejó la posibilidad de empatar el Abierto. Pero, erró el putter.
Después de 10 años, Ernie Els volvió a repetir su triunfo en el Abierto Británico, con el que detuvo la ascendente carrera de la nueva camada que había ganado los últimos mayors del golf.