Por Claudio Fantini. Ante el riesgo de que la política económica se centrara en imprimir billetes para “poner dinero en el bolsillo de los argentinos”, las medidas económicas implementadas resultan tranquilizadoras. El populismo es posible sólo en tiempos de excedentes. Y más allá de las críticas justificadas, lo cierto es que buscan equilibrios necesarios. Lo inaceptable es el nombre –Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva-, porque resulta una burla y un descaro.