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¿Es por un aumento real de costos real o «por las dudas»? Más allá del motivo, muchas empresas ya están retocando los precios a la espera de una devaluación. Algunos (malos) ejemplos:
● El kilo de pan francés aumentará 20% en Córdoba (costará $24). ¿Razones? Incremento en los costos (impuestos, combustibles), según Luis Rodríguez, titular del Centro de Industriales Panaderos de Córdoba (CIPAC).
● Aceite industrial (comestibles): el bidón de 20 litros aumentó $30 en los últimos 15 días. Se espera otra suba.
● Bolsa de cemento (Holcim): subió 7% la semana anterior y otro 7% esta semana, denunciaron los ferreteros.
● Hierros (Acindar): aumento del 18%.
Sobre la necesidad de una devaluación y el impacto en los precios, el economista Enrique Szewach habló en el programa Juan al medio de Radio Continental Córdoba.
El lector se pierde ante la sopa de números que por estos días se incluyen en anuncios oficiales. Las cifras más repetidas son 28%, 25% y 20%.
Pero, ¿qué significan? Los números reflejan aumentos previstos en el boleto del transporte urbano de la ciudad de Córdoba y de los impuestos municipales y provinciales. La buena noticia es que la nafta no subirá hasta después del ballotage (22 de noviembre) para evitar irritar a los usuarios. Repasemos.
Por Gastón Utrera. Se cerraron paritarias en sindicatos importantes, entre otros los metalúrgicos y los de comercio (en la foto, Cristina Kirchner anoche con sindicalistas y empresarios que lograron firmar los acuerdos), con aumentos salariales en torno al 24%.
Tres claves para entender qué está sucediendo con la cuestión salarial:
1. Una inflación del 24%funciona de un modo muy diferente a como funciona una inflación del 5%, ya que en aquella adquiere un rol muy importante lo que se denomina “inercia inflacionaria”: si todos creen que la inflación será del 24%, y todos ajustan precios y salarios por el 24%, lo más probable es que la inflación termine en torno al 24%, convalidando expectativas y retroalimentando el proceso. Viene ocurriendo hace dos años, y estas paritarias mantienen el proceso.
2. En la inercia inflacionaria está justamente la clave para bajar la inflación sin frenar la economía: alinear expectativas en niveles más bajos para generar, por ejemplo, una secuencia de expectativas de 20% de inflación, ajustes por el 20%, entonces inflación del 20%. Pero para alinear expectativas de ese modo, se requiere una credibilidad de la cual este Gobierno carece. De hecho, no logró convencer a los sindicatos de que fijaran aumentos salariales en torno al 20%. Bajar la inflación sin aumentar el desempleo quedará entonces para un futuro Gobierno (que entienda cómo funciona la inflación).
3. Los aumentos salariales, aun cuando a lo largo del año sólo acompañen a la inflación, generan, al llegar al bolsillo de los trabajadores, un incremento transitorio de su poder de compra, que luego comienza a perderse al final del año, cuando los salarios quedan fijos hasta los aumentos del año siguiente. Con los acuerdos firmados ayer, comenzamos a ingresar a los meses de mejor poder adquisitivo de los salarios, con lo cual hay chances de que mejore el consumo en los próximos meses.