La empresa Aguas Cordobesas celebró el cierre del programa “Construyendo Futuro 2024", con la...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Claudio Fantini. Para Javier Milei la decisión del Comité Nobel fue una mala noticia por partida doble. Por un lado, defraudó su expectativa de ganarlo, para la cual había llevado adelante una campaña con lobbies de posicionamiento y el apoyo de dirigentes ultraconservadoras de varios países. Por otro lado, los premiados expresan una posición diferente a la que él sostiene de manera radical.
El Gobierno nacional pretenden que las paritarias 2013 no tengan un incremento mayor al 20%, como una forma de ir desalentando las expectativas de inflación.
En forma paralela puso en marcha un acuerdo para congelar los precios por 60 días, que genera desconfianza ante la falta de un plan antiinflacionario que acompañe la medida. Ayer, el titular de la CGT oficialista, Antonio Caló, sostuvo que «los acuerdos de precios no sirven» para frenar la inflación y advirtió que no aceptará «un techo en las paritarias».
Sin embargo, detrás del tope salarial y de los porcentajes se esconde una realidad absolutamente distinta en cuanto a los valores absolutos (o pesos) que los trabajadores llevarán a sus bolsillos, más allá que en varias marchas los gremios aparezcan unidos en sus protestas (foto).
Por caso, un suba de casi 22% en las dietas de los diputados y senadores nacionales, supone un aumento de 6.500 pesos en el bolsillo. En cambio, una mejora del 17% para los docentes sólo mejorará el haber testigo en todo el país en menos de 500 pesos. Los gremios del magisterio pidieron una mejora del 30%, que apenas supondría que el maestro embolse 840 pesos más que un año atrás.
Las diferencias entre porcentajes pueden ser pequeñas por parte de los sindicatos que participan en la discusión, por caso del 20 al 22%, pero en valores absolutos esas «pequeñas diferencias» son enormes, en función del sueldo que se toma como base para aplicar el incremento.
En Córdoba, el caso más emblemático son los trabajadores de la Municipalidad de Córdoba que en enero último, en función del pago de deudas atrasadas, cobraron 18 mil pesos promedio, teniendo en cuenta el salario, más las contribuciones patronales y otras erogaciones. Todo un récord. Según Damián Bizzi, vocero del gremio (Suoem Córdoba), el incremento de 2012 osciló entre 26/27%, porcentaje que podría repetirse este año, con un fuerte impacto en las arcas municipales.
Por Gastón Utrera (Economista, titular de la consultora Economic Trends SA). Durante las últimas semanas, todo el mundo ha estado hablando sobre el dólar paralelo (también llamado dólar blue). Es lógico. Al tocar los 8 pesos, como ocurrió hace pocos días (luego bajó por la acción de casas de cambio e incluso el Banco Central, que vendieron divisas), genera la sensación de que una crisis puede estar cerca.
Dada la incertidumbre que provoca una disparada del dólar, tiene sentido analizar qué puede haber estado ocurriendo.
Hipótesis 1. Se ha profundizado el atraso cambiario, lo que justifica una mayor brecha del paralelo. No parece ser una hipótesis adecuada, ya que el atraso cambiario de hoy es el mismo de los últimos 6 meses.
Hipótesis 2. Se ha acelerado la inflación, lo que incentiva a una huida hacia el dólar. Tampoco parece una hipótesis adecuada, ya que la inflación continúa mostrando estabilidad, en un nivel alto, pero estable.
Hipótesis 3. El Gobierno emitió demasiados pesos durante diciembre. No es exactamente la hipótesis adecuada, pero algo muy relacionado sí lo es. Puede haber ocurrido que durante enero el Banco Central (BCRA) no haya retirado suficientemente rápido los pesos necesarios (siempre sobran en enero), y un sobrante de pesos genera más demanda de dólares. Si esto explica parte de la suba del dólar paralelo, éste debería ahora bajar, luego de la fuerte absorción que ha estado haciendo el BCRA para corregir ese exceso de pesos en el mercado.
Hipótesis 4. Hubo demasiada demanda de dólares para turismo. Hipótesis razonable, dado que menor apertura del grifo de dólares oficiales para turismo genera automáticamente un desplazamiento de demanda insatisfecha hacia el mercado paralelo. Si esto explica parte de lo ocurrido, la presión sobre el dólar paralelo debería ceder en los próximos días, cuando ceda la demanda de dólares para turismo, ya que nos estamos acercando al final de la temporada de verano.
Hasta que las hipótesis 1 y 2 comiencen a ser razonables (todavía no lo son), un dólar paralelo a 8 pesos se basa en fenómenos transitorios, como los de las hipótesis 3 y 4, con lo cual lo más probablemente es que no se sostenga en el tiempo.
Para más detalles de este análisis, ver el post Qué está ocurriendo con el dólar paralelo, haciendo click aquí.
Por Claudio Fantini (Periodista, politólogo, docente de la UES21, @claudioofantini). Hay tres Joseph Ratzinger, el actual papa Benedicto XV (@Pontifex_es). El primero es el joven y lúcido teólogo alemán, que integró una camada deslumbrante de teólogos vanguardistas…
Por Gastón Utrera (Economista, titular de la consultora Economic Trends SA). Durante las últimas semanas, todo el mundo ha estado hablando sobre el dólar paralelo (también llamado dólar blue). Es lógico. Al tocar los 8 pesos, como ocurrió hace pocos días (luego bajó por la acción…
La Secretaría de Comercio Interior dio otro paso al sumar al congelamiento de precios por 60 días a las cadenas de electrodomésticos (Falabella, Rodó, Frávega, Garbarino y Musimundo, entre otras). Además de los supermercados, se prevé sumar a las naftas y a los útiles de la canasta escolar.
Por Claudio Fantini (Periodista, politólogo y docente de la UES 21). El último Lino Oviedo era un ferviente antichavista que reivindicaba la relación de Paraguay con Estados Unidos. Pero nadie sabe a ciencia cierta cuál habría sido su posición de haber llegado a la presidencia en los ’90 o en la década pasada.
Lo único claro es que el general que murió sin haber conquistado jamás el poder que tantas veces estuvo al alcance de su mano. Era un típico exponente del caudillismo cesarista latinoamericano.
Personaje turbulento y desopilante, que parecía surgido de una novela de Gabriel García Márquez, su único gran aporte a la democracia fue nada menos que haber entrado, con una pistola en una mano y una granada en la otra, al bunker de Alfredo Stroessner, perpetrando la caída del viejo dictador por orden del consuegro del derrocado: el general Andrés Rodríguez.
Por aquel acto de arrojo que puso fin a 35 años de tiranía cruel y corrupta, Rodríguez lo nombró jefe del Ejército paraguayo, pero más tarde lo defraudó al dejar la sucesión en manos del ingeniero Juan Carlos Wasmosy, miembro del nuevo sector fuerte: los constructores enriquecidos con las grandes represas hidroeléctricas.
Oviedo, que como jefe militar hizo construir el “linódromo” para realizar grandes desfiles militares en su honor, saboteó al gobierno de Wasmosy hasta que fue preso por intento de golpe de Estado. Igual que Chávez, la cárcel acrecentó su popularidad, al punto de que pudo colocar en carrera triunfal hacia la presidencia a un hombre de su confianza: Raúl Cubas Grau.
A renglón seguido, vino el magnicidio del vicepresidente y había razones para sospechar que Oviedo fue un instigador. Al fin de cuentas, Luis Argaña era su archienemigo y representaba al sector stronissta del Partido Colorado.
Sin dudas, antes de partir a un exilio dorado en la Argentina de Carlos Menem, Lino Oviedo fue uno de los responsables de que Paraguay se hundiera en la violencia y la inestabilidad.
Sus tribulaciones y derivas posteriores no le quitan el mérito de haber derribado al general Alfredo Stroessner, pero tampoco pueden ser borradas por las lágrimas derramadas por su trágica y sospechada muerte.
Por Claudio Fantini (Periodista, politólogo y docente de la UES 21). El último Lino Oviedo era un ferviente antichavista que reivindicaba la relación de Paraguay con Estados Unidos. Pero nadie sabe a ciencia cierta cuál habría sido su posición de haber llegado a la presidencia en los ’90 o en la década pasada.
Por Claudio Fantini (Periodista, politólogo, docente de la UES 21). Muchos escándalos jalonan la política española desde la recuperación de la democracia, sacudida ahora por el que envuelve al Partido Popular y a sus máximos líderes.
Mariano Rajoy (foto)…
Los últimos abucheos a Amado Boudou (en Twitter: @BoudouAmado) y a Axel Kicillof, hombre fuerte de Economía, junto a los insultos de (y a) otros personajes nacionales, revelan la existencia de un país cargado de violencia política.
Los últimos sucesos tuvieron como protagonistas al vicepresidente de la Nación, al encabezar los actos celebratorios de los 200 años del Combate de San Lorenzo, el bautismo de fuego de los Granaderos a Caballo que formó el padre de la Patria, José de San Martín, para liberar a esta región del dominio español. Los pobladores de esa localidad santafesina le reclamaron que no se hubiera dispuesto feriado nacional, como sucedió con similares conmemoraciones de las batallas de Tucumán (24 de septiembre de 2012) y de Salta (20 de febrero próximo). La Presidenta ha insistido en varias ocasiones que admira la trayectoria del general Belgrano, pero nada ha dicho de San Martín.
El otro incidente tuvo lugar en un navío de Buquebus, en el que Kicillof, junto a su familia, se trasladaba de regreso a Buenos Aires. Al principio hubo gritos aislados, y luego se unificaron al cántico de «caradura» y otros insultos.
¿Esta violencia viene de arriba (del Gobierno) o de abajo (de los sectores que en el fondo rechazan la gestión de Cristina Kirchner (@CFKArgentina y han entonado y pintado cánticos agresivos contra la jefa de Estado)? La responsabilidad le cabe a ambas sectores, aunque la de los dirigentes es de mayor peso que la del ciudadano común.
Cuando la Presidenta descalifica por cadena nacional a sus críticos e ironiza sobre dirigentes opositores («¿Alguien sabe si Bonfatti (por el gobernador de Santa Fe, en la foto junto a Boudou) volvió de vacaciones?») genera un clima violento hacia ellos, que también fueron elegidos por el voto popular. Lo mismo hacen sus defensores -por caso Aníbal Fernández (@FernandezAnibal) o Federico Luppi– cuando maltratan a los que señalan errores de la gestión presidencial o los insultan porque simplemente preguntan cómo hizo su fortuna.
Ayer, todo el arco cristinista descalificó el «escrache» que sufrieron Boudou y Kicillof, cuando en realidad no se trató de un «escrache» (algo preparado y condenatorio ante el resto de la sociedad, como sí lo era la metodología nazi), aunque fueron hechos condenables protagonizados por ciudadanos comunes. Este sector también justificó al diputado Wado de Pedro cuando dijo que a Santa Fe la gobernaba el «narcosocialismo». Además, desde la televisión pública se ataca y degrada a los que critican el relato oficial.
La oposición –Mauricio Macri (@MauricioMacri), Miguel del Sel (@MigueldelSelok), entre otros- o humoristas (Enrique Pinti)- también usan la violencia verbal para descalificar a Cristina Kirchner.
También es violento bloquear una calle o una terminal de ómnibus, cercenando derechos de los demás.
La violencia verbal es el primer paso de peores tragedia en la vida política. Todos debemos luchar por detenerla. Leer +
Por Gastón Utrera (Economista, titular de la Consultora Economic Trends SA). El primer dato para analizar qué está ocurriendo con la actividad económica es ver cómo cerró en 2012. Hace 5 meses, en esta página, en la nota “Quedan 4 meses, ¿cómo viene 2013?”, vaticiné -contra la opinión de mis colegas- que el año terminaría en terreno negativo, con una caída de entre 0% y 0,5%.
La semana pasada se publicaron los datos del Índice General de Actividad (IGA), de la consultora de Orlando Ferreres, que muestran una retracción de0,3% en 2012, dentro de aquel rango que había anticipado hace 5 meses.
En el gráfico que elaboré para el blog de mi página personal, se muestra la evolución del IGA y del Índice de Actividad Económica de Córdoba (IAEC), de Economic Trends, que señalan los porcentajes de variación en cada trimestre respecto al trimestre inmediato anterior, con ambas series desestacionalizadas, para hacer viable la comparación trimestral.
Ambos indicadores revelan que el retroceso en 2012 se debió a la muy fuerte caída el segundo trimestre, cuando se profundizaron las restricciones a las importaciones y a la compra de dólares. La caída se revirtió posteriormente, aunque sin compensar totalmente aquella baja (por eso el número anual cierra en terreno negativo).
Si la actividad económica continuara este año creciendo al ritmo de lo registrado durante el último trimestre de 2012, según el IGA, 2013 cerraría con un crecimiento apenas por encima del 3%.
Para cerrar con un número mayor al 3% en 2013, el crecimiento tendría que acelerarse en los próximos trimestres, algo que no luce muy probable dados los problemas de atraso cambiario, incertidumbre de políticas económicas y del poder adquisitivo estancado de los salarios. Tal vez algo de gasto público electoral pueda acelerar un poco el consumo, que no podríamos descartar, atento a lo que vengo sosteniendo acerca del margen de emisión monetaria que tendrá el Gobierno hasta fines de año para financiar déficit fiscal.